lunes, 5 de julio de 2010

Si la carnicería es mañana, no quiero ni pensar lo que va a ser eso.


Hace ya algunos días que Lance Armstrong dijo que la etapa con tramos de "pavé", típico escenario de la París–Roubaix, sería una carnicería y que él, viejo zorro, y su equipo de zorros (jóvenes y viejos) iban a estar atentos para sacar ventajas. Contador declaró que si bien no creía que se pudiera ganar el Tour en esa etapa, sí se podía perder. Bien, eso será mañana. Pero hoy ya se vio a uno de los candidatos casi perder el Tour, cuando nadie lo esperaba. En una etapa difícil con clima adverso y varias cotas de tercera categoría, una caída masiva dejó muy mal parado a Andy Schleck.

Todavía no se sabe bien lo que pasó, pero por lo que pudo verse, parece que su compañero de equipo y líder de la general (hasta hoy) Fabian Cancellara, se las arregló para que el pelotón de los favoritos (léase Contador, Armstrong y compañía) esperaran al Luxemburgués. Sylvain Chavanel, fugado desde el principio, no entró en el juego del Saxo Bank y siguió sacando distancias. Distancias que a la postre le significaron su segundo triunfo de etapa y el maillot jaune por primera vez en su vida para este histórico del tour. Me alegra ver a Chavanel de amarillo.

Me hago la pregunta que supongo que muchos se hacen a esta altura: ¿si hubiese sido Contador el caído, los demás (léase Radioshacks) habrían esperado? Mmmmmmmmmmmmm, a juzgar por las declaraciones de Lance, supongo que no. Y después, visto lo visto hoy, ¿habrá carnicería mañana?
Todo hace prever que no, peroooo... El diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo. Yo, por las dudas, la etapa de mañana no me la pierdo.

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