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lunes, 8 de marzo de 2010

Escuchado ayer, tras bambalinas.

pero James...
cómo vas a ganar, mi viejo... ¡con muñequitos!
¡a quién se le ocurre!
¿no te das cuenta de que votan los seres humanos?
y vos vas y hacés una película con muñequitos...
¿te pensaste que con la sigourney alcanzaba? pero no m'hijo, por lo menos en la de Terminator el robot era Schwarzenegger...
así no camina...
el día que voten los muñequitos vaya y pase, pero por ahora, no, no y no...

sábado, 30 de enero de 2010

Con un lejano olorcito a buen salvaje en el cine repleto.


Oh, James Cameron,
viejo lobo de mar y tierra y espacio sideral
lo has hecho de nuevo. Tú,
que cuando la robótica
y la informática amenazaban el futuro
de la especie, confiaste en nosotros
los humanos,
y nos diste a John Connor para que venciera a Skynet,
que cuando el amor
se ahogaba entre los humos de Seattle
sacaste a Di Caprio del fondo de un mar congelado
con el calor de la voz de celine dion, y ahora,
que somos los hombres azote del mundo
y sus especies todas, nos traes
Pandora y sus habitantes Na'vi.
Y todo esto,
en 3d.

Sí, me armé de valor, me blindé contra las largas colas y las críticas y fui a ver Avatar. Salí del cine satisfecho. Fui esperando ver una basura aburrida y me di cuenta de que el bueno de Cameron no nos iba a hacer eso. El problema es, como siempre, pedirle peras al olmo. Avatar en 3d es un bonito espectáculo para toda la familia, con acción sin límites, paisajes de ensueño, piruetas circenses, animales exóticos, árboles mitológicos y unos seres ecologistas que ni siquiera Greenpeace se atrevería a soñar.

James, tuviste que venir tú para mostrarnos lo malos que somos y como destruiremos todo con nuestra malignidad. Hay, eso sí, un detalle que viaja del pasado y nos conquista, los Na'vi se parecen bastante, en sus costumbres de convivencia con los otros habitantes del planeta, a lo que sabemos de los mayas del período formativo y el clásico. Y si uno lee la "Brevísima relación de la destrucción de las Indias", aquellas masacres se parecen bastante a estas matanzas. Claro que Fray Bartolomé de Las Casas no tenía 3d, y los mayas no tuvieron ningún avatar que los ayudara. Esas cosas siempre pasan en el cine.

miércoles, 27 de enero de 2010

Estos tipos no erran

A la vuelta de mi casa daban la última película de Woody Allen, ya en sus postreros días de cartel, y estrenaban "Un tipo serio", la más reciente creación de Ethan y Joel Cohen. Esto, la elección inevitable al ir al cine entre ver una cosa o ver otra, me hizo pensar que la única forma en que pagaría por una película de Woody Allen es si alguien me secuestra y la entrada es el rescate. Cuidado: como todo el mundo, he sido fanático, leí sus libros y su biografía, veía sus películas... perooooooo, amigo, hasta aquí llegué. Con Vicky, Cristina, Barcelona dije basta para mí.

En el otro rincón, estos chicos, también judíos y graciosos: "Burn after reading", "No country for old men", "The ladykillers", "Intolerable cruelty"... En fin, podremos discutir si una es mejor y la otra es peor, pero hijo, en todas la pasé muy bien. "A serious man" no fue la excepción. Al salir del cine no pude dejar de pensar que los Cohen se habían metido en el universo judío del que tanto rédito sacó el director neoyorquino. Y lo habían hecho de un modo que a él, ahora, le resulta muy muy lejano.

En este punto, con vuestro permiso, me gustaría establecer una comparación. Cuando un centrodelantero está haciendo goles y cada situación que el equipo le genera termina en la red, se dice que está enrrachado, in the zone dicen los gringos. Cuando la fortuna no lo acompaña, el público lo reprueba y el técnico lo conserva por su trayectoria goleadora, pero llega un momento en que hay un chico más joven que las manda a guardar, y para el técnico la cosa se le vuelve insostenible. Entonces, el goleador puede pasar una temporada como suplente y recuperar su forma, o puede irse a otro equipo y triunfar allí, pero para eso, es importante que por un tiempo vea las cosas desde afuera. Ya es tiempo de que Woody se siente en el banquillo y descanse (claro que es difícil cuando el nueve también es el dt).

Por suerte para el equipo, los Cohen están intratables y simplemente no erran.

sábado, 23 de enero de 2010

La cinta blanca


Me gusta ver cuando un artista SE CONSAGRA, esa expresión tan común en la prensa especializada. Creo que es el caso de Michael Haneke con "La Cinta Blanca", pero no voy a hablar de ética, de culpa y de todas las cosas de las que se habla en los reportajes sobre la película, me gustaría hablar de estética.

A ver, sabemos que no es su primera obra premiada, que ya había triunfado con "Caché" y "La pianista". Es cierto que esas dos películas, por lo menos, son grandes películas. Pero lo que uno percibe al ver "La cinta blanca" es que el escritor-director tiene todos los hilos en su mano y los mueve con destreza insuperable. Todo en la cinta blanca está donde debe estar para poner al autor en esa categoría de lo SAGRADO.

Pero ingresa allí de un modo poco habitual en nuestros tiempos, y es, lisa y llanamente, con la vieja estrategia de contar un cuento. Disfrutando del placer de narrar, y escuchar, una historia. Tan preocupados estamos por las estrategias de la ficción que cuando vemos una historia nos quedamos pasmados: esto era, claro, así se hacía antes. La máxima de Propp en la morfología del cuento "Juan sale al campo y encuentra la maravilla". Eso es.

Es una historia, la de la cinta blanca, que, a pesar de que ocurre en la época en que nacieron nuestros abuelos, hace menos de un siglo, nos llega como desde un extremo muy lejano. Esto se logra por la forma en la que está contada, por la perspectiva (la hermosa fotografía en blanco y negro también ayuda). Esa perspectiva que nos acerca la historia también nos distancia, la cierra como "obra de arte" y permite verla desde el lugar de espectador; ahí está ese universo, aquí estoy yo; eso es eso y esto es esto, ahora puedo responder las preguntas que me plantea.

En ese exclusivo territorio de hacer fácil las cosas difíciles es donde Haneke enseña su maestría: el punto de vista. Si "Caché" ya es un ejercicio interesante sobre el lugar desde el cual se mira (de hecho se podría decir que es una película sobre el punto de vista), aquí es donde la perspectiva alcanza, para mí, un grado magistral. Es lo que más me impresionó: desde dónde ve Haneke las cosas; no, perdón, desde dónde nos muestra las cosas. "No hay nada que explicar. Mi principio siempre ha sido hacer preguntas, presentar situaciones muy precisas y contar una historia para que el espectador pueda buscar las respuestas por sí solo. En mi opinión, lo contrario es contraproducente... Me parece que el arte debe hacer preguntas y no avanzar respuestas que siempre me parecen sospechosas, incluso peligrosas." Ha dicho en un reportaje reciente.

Podríamos hablar largo rato sobre la sociedad alemana en la que se gestó el nazismo, sobre la educación, sobre las perversiones, sobre lo público y lo privado... Pero, es tan fácil y tan difícil contar una historia, es lo más hermoso de todo.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Una película de wikipedia.


Wikipedia es un medio FRÍO. Se trata de una causa noble y no es reprochable que exista, sin embargo, le falta CALOR. Aquella emoción que uno podía sentir al seleccionar un tomo de la Enciclopedia británica de la biblioteca para hojearlo, aquella magia que tanto promocionaba Borges (escritor enciclopédico por definición) , aquellas tardes enteras yendo de un artículo al otro, la pasión admirable y primigenia de los d' Alembert y Diderot se vuelve light en Wikipedia. Tal vez sea la ausencia de autor (como principio directriz), la dispersión de estilos, la falta de una linea clara, el desorden narrativo que tienen los artículos, la incapacidad de visualizar un todo imposible. Es la ilustración FRÍA. Nos abastece pero hasta ahí nomás, sin ninguna emoción, como el cuento que una madre, un poco cansada de la jornada laboral, inventa a su hijo para que se duerma. Eso, más o menos, es lo que pasa con Ágora, la gran superproducción de Alejandro Amenabar.

La historia se centra en la Alejandría de finales del siglo IV d.c y comienzos del V. El esplendor (y estertor) del pensamiento encarnado en la filósofa neoplatónica Hipatia contra la radicalidad del nuevo dominio cristiano de los tiempos de Teodosio El Grande, representado en Alejandría por el fundamentalismo del patriarca Cirilo. La destrucción de la famosa biblioteca, el faro... Ah! Uno escucha todo esto y se EXCITA, tanto que va al cine y hasta paga la entrada. La película es un balde de agua FRÍA. Un artículo de Wikipedia.

¿Por dónde empezar? La historia no tiene pies ni cabeza. Los acontecimientos fluyen sin ton ni son. Los personajes no llegan a asentarse, uno no tiene, siquiera, idea de quién es el protagonista (¿Hipatia?, ¿su esclavo Davos?, ¿el enamorado Orestes?). Pero pongamos que el rol protagónico está adjudicado a la filósofa (así parece ser). Se trata de un personaje tan, una vez más, FRÍO que ninguna emoción puede adherirse a ella. Todo le resbala: el amor, la política, la muerte... tal vez la astronomía (pero mmmmmmm, no sé). La sensación que queda cuando aparecen los créditos es que el guión estaba pensado para una película de cinco horas y los productores empezaron a cortar para dejarla en dos: quedó un esqueleto sin carne. Unas ramas secas con dos hojas que caen por la acción de una leve brisa FRÍA.

He leído algunas críticas de la película, que no ha tenido demasiado éxito en ese terreno, y muchas hablan de la falsificación de determinadas realidades históricas. Yo creo que la verdad no importa tanto, importa que el cuento sea emotivo, que puedas identificarte con esa historia (acaso alguien puede buscar la verdad en la Ilíada), sentir su CALOR. Es imposible que la memoria no acuda a aquellas fastuosas superproducciones de Hollywood, Ben Hur, Cleopatra; nada era verdadero en ellas, pero qué buenos momentos nos hicieron pasar. Ágora es una película con la que uno no se puede enojar, ni siquiera tiene las pretensiones para que el espectador salga del cine CALIENTE con el resultado. Es una película que está ahí, no le hace mal a nadie, se puede ver, no pasa nada, ni pena ni gloria, como una entrada de Wikipedia.


(Nota mental: lo que sí estaría digno de verse es un "Celebrity Deathmatch" entre Amenabar el anticristiano y Von Trier el fanático, eso sí que sería Hot)

lunes, 5 de octubre de 2009

Cuando veas que, al encenderse las luces, todo el cine tiene una sonrisa en el rostro, el precio de la entrada está justificado.

El cine no es necesariamente entretenimiento, por supuesto que no. Como cualquier forma de arte, puede tener diversos objetivos: emocionar, hacer reír, asustar, dar testimonio, espantar. Pero es cierto que buena parte del cine que nosotros, nacidos en américa, hemos consumido proviene de una industria, y una “sociedad”, que tiene al entretenimiento, si no como protagonista, en un alta estima.

Este fin de semana vi una película que, en mi opinión, podría catalogarse como obra maestra del entretenimiento. Se trata de la última de tarantino, Inglorious Basterds. Por lo menos, hacía mucho tiempo que no me reía tanto adentro de un cine. El actor austríaco Cristoph “¡de dónde lo sacó Quentin!” Waltz (en el papel del oficial SS Hans Landa, que aparentemente iba a interpretar di caprio) se roba la película desde la primera escena, que es sencillamente genial, al estilo genial de las escenas memorables de Tarantino. Pero el divino Brad Pitt (Aldo Raine) no le va en zaga. Me quedé con la clara sensación de que, si la película tuviera sólo la escena en la que estos señores se encuentran en el lobby de un cine parisino, con Waltz en primer plano y Pitt en segundo, casi fuera de foco, haciendo un claro homenaje (hay muchos en el film, como ya es característico en este director) satírico a Marlon Brando como corleone, ya me habría sentido resarcido por el precio de la entrada.

No me voy a poner a hacer crítica cinematográfica, sólo agregaré que, cuando encendieron las luces de la sala, todos los asistentes lucían una plácida sonrisa: dos horas y media de entretenimiento de primer nivel que lo dejan a uno contento por un rato largo.

sábado, 5 de septiembre de 2009

le doy vueltas a la película de von trier

me parece que es una porquería.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

trier hace una de polanski

está dedicada a tarkovski, se le quieren ver cosas de bergman, de strindberg y hasta de haneke, pero a mí me hizo acordar a ese terror psicológico, que tanto daño me hace, del mejor polanski, o del kubrick de the shining (algunas escenas hacen recordar demasiado a esta última). madre mía, vengo de ver "anticrhist" de lars von trier y estoy francamente agotado.

es una película que puede generar sensaciones opuestas. recordemos que en cannes fue abucheada y después charlotte gainsbourg terminó ganando el premio a mejor actriz. justamente eso es lo que pienso de ella: alto contraste. por momentos puede mover a la risa por lo cursi (como cuando un cervatillo le habla a william dafoe), y por momentos tiene una potencia visual poética. alguien podría decir que es una basura y alguien, en la misma sala y con casi el mismo background cultural, podría argumentar que se trata de una obra maestra.

lo cierto es que, si uno se mete en la trama (que sí, puede tener algo de trillado y cursi y de violencia física innecesaria para con el espectador), termina poniéndose la mano como visera y mirando para abajo pero tratando de ver que pasa sin querer mientras se le erizan algunos pelos de la nuca. a mí, que tengo el umbral del terror bastante bajo, en varios momentos casi se me sale el corazón por la boca y sé que hoy me va a costar dormir.

“No tengo que justificarme. Yo hago películas y esta es fruto de la voluntad de Dios. Además, yo soy el mejor director de cine del mundo”. aunque no concuerdo con la última parte de la declaración de von trier, hay que decir que sabe elegir a su personal, se ha conseguido a un gran director de fotografía (se ve que el dogma quedó bien bien atrás), sólo por eso, por la fotografía (y agregaría la edición) ya vale la pena verla.

entre paréntesis: ¡cuánto tiene que ver la acción con el post de ayer!
debería iniciar un episodio paranoico.

domingo, 28 de junio de 2009

tetra: el cliché del artista loco, torturado e incomprendido ataca de nuevo. (1)

la última película de francis ford coppola es un catálogo de lugares comunes como no se había visto desde el apogeo de eliseo subiela o las infaustas obras de beatriz flores silva.

a ver ¿qué tenemos?

padres ricos, famosos y despiadados, hijos que matan a sus madres, hermanos que no quieren a sus hermanos aunque en realidad sí los quieren pero lo que pasa es que no son sus hermanos sino sus padres, escritores que no pueden con el sufrimiento de escribir, artistas loooooooocos, ¡UN MANICOMIO!, hermanos que creen que son hermanos pero en realidad son hijos, madres que se suicidan, un premio de teatro llamado "los parricidas" con cobertura global desde el culo del mundo, danza moderna y contemporánea, putones verbeneros, ¡UNA RADIO EN UN MANICOMIO!, una psiquiatra que se enamora de su paciente atribulado, un padre que le roba la novia a su hijo, grandes críticas literarias con estola de visón y lentes negros, ¡SUSANA GIMÉNEZ!, un artista genial que escribe al revés ¡SÍIII COMO LEONARDO DA VINCI!, un premio de teatro llamado "los parricidas" que es ganado por una obra que termina con el asesinato de un padre, ¡UNA RADIO EN UN MANICOMIO QUE YA HABÍA SALIDO EN UN COMERCIAL DE UN PRODUCTO DE THE COCA-COLA COMPANY!, la hija de MORIA CASÁN en tetas, buenos aires en blanco y negro, el café tortoni, la boca... en fin, ¡you name it, we've got it!

todo esto, sí, sin exagerarar: toooooooodo esto, ocurre en una sola película de dos horas (que, por cierto, parecen cuatro). el tragicómico es un género difícil, sólo algún genio como almodóvar ha salido airoso de sus aguas. en el caso de "tetro" (que nombre más horrible; después de verla, yo le hubiera sugerido "tétrico") no se entiende bien qué es lo que quiso hacer coppola: uno sale del cine enojado y se queda preguntándose qué le pasó a francis ford, cómo un tipo que parece inteligente y talentoso como vincent gallo se presta a este tipo de despropósitos y sobre todo ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué?

si apreciáis vuestro tiempo, no vayáis a verla: es como si un buen director hubiera hecho "el lado oscuro del corazón" pero mirando para otro lado. nada más.

(y lo peor: como todas las películas en españa ésta ha sido doblada al castellano. pero los actores argentinos aparecen con lo que para los españoles es el acento rioplatense, una caricaturización insoportable que alarga las vocales como si franchela se hubiera tragado a beningni)

(1)- y yo que pensaba que este mito romántico había quedado sepultado por las últimas luces que se han arrojado sobre la vida de franz kafka y aseguran que era un divertido galán parrandero.

sábado, 27 de junio de 2009

coco chanel: the movie

ayer fuimos a ver la película sobre la vida de coco chanel.
sentado ahí, mientras disfrutaba de una ligera comedia romántica bien hecha al estilo hollywood, yo pensaba: "me hace acordar a algo", "esto ya lo vi hace poco", "¿a qué me hace acordar?", "¿a qué me hace acordar?"...

PIAF, PIAF, claro.

el mito capitalista del "self made man" en su versión femenina y francesa: la pobre joven huérfana y muerta de hambre pero con un talento inconmensurable que vence un mar de adversidades para convertirse en rica y famosa, apreciada worldwide. de los productores de "la vie en rose", llega para audiencias de todas las edades alrededor del mundo: "la vie en blanche et noir".

en verdad os digo: no tarda en llegar la versión cinematográfica de la vida de María Callas. cuando ocurra, me habré anticipado, y en más de un sentido.

lunes, 27 de abril de 2009

el mejor almodóvar


qué bonito es sentir que un creador llega a la cumbre de su talento. sobre todo cuando el creador es alguien cuya obra hemos seguido y que, en general, nos gusta. eso sentí el fin de semana cuando fui a ver "los abrazos partidos", última película de almodóvar.

es que desde el guión hasta el atrezo, todo está a punto. ese regodeo en lo melodramático, esos personajes extremos, al borde de la caricatura, siempre en el límite, jugando las fichas, arriesgando todo, como ha sido cada vez almodóvar. mientras veía la película me di cuenta de que estaba asistiendo a eso, ese artista había creado una obra que lo define, sobre todo en su etapa de madurez (sobre el final hay incluso un exquisito guiño a su cine más "joven", el de los ochentas y noventas), una obra que, dentro de algunos años, cuando alguien pregunte por su cine, le podremos decir: "mírate los abrazos rotos". no es la mejor película de la historia, no se trata de compararla con nada, es nada más, ni nada menos, una obra sólida de un director sólido, que sabe lo que quiere y conduce su orquesta con maestría. eso.

sólo me quedó una dudita, si le dieron un oscar a penélope cruz por la bazofia de woody allen, por este papel qué le darán, ¿dos o tres?

lunes, 23 de febrero de 2009

danny boyle strikes again

hay gente que no reconocería a un buen director ni aunque se lo señalara hitchcock. la semana pasada fui a ver slumdog millionaire y me senté al lado de tres imbéciles de lentes, con ínfulas de intelectual, para quienes, seguramente, las únicos buenos films son aquellos en los que sólo se dicen tres palabras en tres horas, una palabra por hora (y si son en iraní o en sueco, tanto mejor). se pasaron rebuznando toda la película, que obviamente no entendieron, porque la gente así, con un gusto tan refinado, nunca entiende nada.

mientras tanto, en el salón de la justicia, yo pensaba en danny boyle, un director curioso, y calculaba que ésta, slumdog millionaire, pasaría a la historia, al igual que trainspotting o exterminio, como una película de éxito que, claro está, nadie se atrevería a llamar clásico pero mucha gente volvería a ver una y otra vez. una de esas que cuando las pasan por la tele, todos nos enganchamos, la vemos aunque ya la hayamos visto diez veces y pensamos: "qué buena película, no me acordaba de que estuviera tan buena". hoy me levanté con la noticia de que me había equivocado, danny boyle se ha llevado no sé cuántos oscars y su obra sí pasará a la historia como LA película del 2009. y yo que pensaba que esos laureles se los iban a colgar a fincher. me equivoqué doblemente, es bueno reconocerlo.

los que no se equivocaron fueron mis vecinos del cine; en sus casas, con sus ínfulas de intelectual, estarán satisfechos pensando que la academia les ha dado la razón, aquella película era una mierda porque todo lo que gana oscars para ellos es una mierda. de todos modos, cuando me levanté de mi asiento, no perdí la oportunidad de decirles en la cara "son unos imbéciles", sabía que una reacción física a mi agresión verbal hubiese sido impensable para gente tan evolucionada.

por danny boyle: salud!

martes, 3 de febrero de 2009

y ya que estamos en esa isla...



...y haciendo alusión a una entrada anterior, mientras esperamos que woody allen vuelva a manhattan.

el curioso caso de robert redford convirtiéndose en brad pitt


con variaciones, claro está, como todas las historias ésta fue contada muchas veces con palabras. de hecho, es un experimento recurrente en la literatura, desde el "el retrato de Dorian Grey" de Wilde hasta "la vida al revés" de Quino pasando por "viaje a la semilla" de Carpentier, "la muerte de Artemio Cruz" de Fuentes, o el más osado "orlando" de Woolf, e incluyendo al cuento en cuestión de Scott Fitzgerald, los escritores han repetido el tema del tiempo cruzado, del envejecer rejuveneciendo, del morir naciendo, del renacer muriendo... en el cine yo no lo había visto con un nivel de ejecución que se correspondiera con lo escrito.

ayer fuimos a ver "el curioso caso de benjamin button". si, a priori, a uno le dicen de qué va la película, hubiera desconfiado de su calidad, por lo difícil del tema. pero fincher hace un trabajo excepcional. todas las categorías, una a una, están resueltas con solvencia y, muchas de ellas, con excelencia. guión, actuaciones, fotografía, maquillaje... la película, como producto de una gran compañía con muchos accionistas, es perfecta por donde se la mire. hasta el chiste tonto de los botones button queda bien. alguien puso de un lado de la maquinaria el cuento de Fitzgerald y del otro lado salió este paquete hermoso, envuelto para regalo, que hace reír, que emociona, que hace llorar y que en ninguno de sus 166 minutos de duración, llega a volver pesado el paso de eso de lo que trata: el tiempo.

después de esta obra David Fincher ingresa, si es que ya no lo había hecho, a esa categoría en la que están, entre otros, James Cameron, Ron Howard o Robert Zemeckis (de hecho, "el curioso caso de Benjamin Button" recuerda mucho a la narrativa de "Forrest Gump"), tan cara para cualquier productor de hollywood, de directores a los que se les puede asignar cualquier historia y la contarán de un modo brillante y, sobre todo, ameno. ¡Bravo Fincher! ¡Bravo!

queda para el anecdotario lo parecido que resulta el brad pitt viejo a robert redford. ¿será que se va a convertir en él con el paso de los años?

sábado, 24 de enero de 2009

qué pena

cuando allan konigsberg quiere hacer una película de almodóvar perdemos todos. hace tiempo que konigsberg no es konigsberg y almodóvar no es almodóvar, pero creo que al español, las cosas le salen mejor fuera de su estilo. sin embargo, la grifa woody allen sigue vendiéndose bien; antes de ver vicky cristina barcelona varias personas me dijeron que estaba buenísima, que se habían reído (¿¿¿¿¿?????) mucho, para mí, es de lo peor que ha hecho el neoyorkino. es una película mala, mala.

allí están todos los clisés que un norteamericano puede tener sobre la "pasión española", si ese es el chiste, pues a mí no me hizo ninguna gracia. y qué es esa música por el amor de dios, sacando asturias y entre dos aguas, lo demás sólo produce ganas de salir corriendo del cine. y es una lástima porque las locaciones se ven increíbles, bardem es genial, penelope cruz es muy bonita, scarlett johansson habla muy bien con la dicción de allen. pero uf, esos artista torturados, esas guitarras en la noche de oviedo, ese encuentro en parc güell... todo tan obvio, todo tan caricaturesco y al mismo tiempo pretencioso. qué pereza, mejor no seguir.

a mí me gustaría que woody allen volviera a nueva york y se rodeara de judíos intelectuales de clase media, yo disfruté mucho de aquellas películas. pero ese soy yo, no me hagan caso, es que ya estoy viejo.