jueves, 29 de julio de 2010

Le maitre.

Como todo el mundo sabe, los campeonatos europeos de atletismo están disputándose esta semana en Barcelona. Así que aproveche y me fui al mítico estadio olímpico de Montjuïc a ver la prueba que más me gusta: los 10.000 metros masculinos. La verdad que fue una carrera preciosa que en las últimas dos vueltas hizo suya el británico Mo Farah, aunque la emoción la puso el marroquí que corre por España Ayad Lamdassem.

Sin embargo, lo que más me impresionó fue ver a Cristophe Lemaitre correr los 100 metros, prueba en la que se quedó con el oro. Los cien metros tienen esa cosa que seduce tanto, por su gran potencia (hoy volvió a dar una exhibición en la semifinal de los 200 metros con un sprint final increíble).

Además, en el triple salto, pude ver un duelo asombroso entre el británico Idowu y el francés Tamgho, que tiene el récord mundial.

miércoles, 28 de julio de 2010

Eso es tenerse fe y no chingaderas.

Ni en la boca de los mejores jugadores del mundo, esos que cuestan millones de euros, ni Ronaldo cuando llegó al Madrid, mucho menos Messi, ni Alberto Contador al empezar el tour, ni Armstrong cuando creó su equipo, ni Jordan cuando jugaba en los Bulls, ni Jackson cuando llegó a los Lakers, ni Rafa Nadal al empezar Roland Garros, mucho menos el bueno de Federer, creo que ni siquiera Maradona cuando tomó la selección (pero en este caso no estoy tan seguro)...

Nunca en mi vida había escuchado una declaración como la que leí hoy en un medio especializado en publicidad hispanoamericana. Y la comparo con el deporte porque es una declaración que sólo puede caber en el contexto "lúdico" del deporte.

“No vinimos a México a demostrar si somos o no los mejores; sino a intentar que una industria vaya para un lugar”

Dice Adlatina.com que dijeron Aregger e Ibarra, co-presidentes de DDB México, me imagino que no tengo que mencionar de qué país provienen los excelsos creativos. Uno se queda calculando qué es más soberbio, el creer que sos el mejor, el afirmar que vas a cambiar de un plumazo un mercado tan grande como el mexicano vos solo (bueno, con tu dupla), o el hecho de no evaluar que eso mismo deben haber pensado unos cuantos antes que vos (muchos de ellos habiendo pasado toda su vida "luchando" en esa "industria").

De hecho, miento cuando digo que es una declaración que nunca había escuchado: se escuchaba un discurso similar por los pasillos de una empresa para la cual yo trabajaba, de alguien proveniente del mismo país, que me hizo perder el trabajo y a algunos amigos. Por lo visto, aquel que lo decía todavía no lo ha conseguido.

Me he quedado pensando si, ahora que la industria de la publicidad mexicana vaya para ESE lugar, el monumento se lo dedicarán a estos chicos o a aquel otro que lo había dicho primero.

domingo, 25 de julio de 2010

Un rey le pide a un apóstol (que, por si agluien no lo sabe, murió hace algunos años) ayuda para resolver cuanto antes la crisis.

No, no es un cuento de la alta edad media, es España.

"Te pido que nos ayudes a conservar y mejorar día a día lo mucho que hemos conseguido, así como a promover el diálogo y el consenso, la tolerancia y el respeto mutuo, el amor, la justicia y la equidad para reforzar los pilares de nuestra convivencia y libertad en torno a las reglas y principios que nos hemos querido dar" dijo Juan Carlos en Santiago de Compostela.

Mientras tanto, parece que el apóstol tiene los ojos puestos en el tenis, el fútbol, el ciclismo, las motos y la fórmula uno.

Por la verde.

En este momento Alberto Contador y Mark Cavendish están rodando juntos en el apacible comienzo de la etapa de la alegría, los brindis y los saludos. Cavendish le va diciendo algo, Alberto sonríe. Al otro lado del español, a su derecha, va Petacchi luciendo su malla verde. La única emoción que le queda al día de hoy es, precisamente, el combate por esa malla.

Para eso falta un rato, una hora y veinte más o menos de camino hacia París. En los campos Elíseos, me parece, ganará Cavendish, el niño malo de la Isla de Man, su quinta etapa de este tour (algo que la mayoría de los grandes ciclistas no logran conseguir en toda una vida). Para quedarse con la malla verde, Petacchi tendrá que entrar entre los tres primeros, algo que parece, también, bastante probable. Habrá que ver que hace Hushovd.

Eso es lo que falta dilucidar, eso y qué pasó con lo que encontró la policía en la casa del italiano y que, sin embargo, no lo obliga a abandonar esta competencia como si ha pasado en otras oportunidades con otros ciclistas (no deja de ser extraño que un hombre de 36 años se quede con la malla verde que es la que requiere mayor explisividad en las piernas).

El equipo Astana va todo junto, Vinokúrov tira besos a la cámara. Cuando lleguen, a cada uno de ellos le tocarán unos 50 mil euros. Premio escaso, la verdad, si lo comparamos con otras competencias de primer nivel. Pero bueno, es el ciclismo.

Arstrong se cambia el maillot al costado del camino, tratando de no perder protagonismo en el último día de su larga historia en el Tour. Parece de mal humor, su legendario mal humor.

En otro canal, Alonso va detrás de Massa y Vettel está cada vez más lejos por detrás en la abudrridísima fórmula uno. Ups, Massa lo deja pasar a Alonso.

Es domingo.

sábado, 24 de julio de 2010

Sufriendo y a lo Walkoviak.

No son muchos los ciclistas en la historia que han conseguido el Tour de Francia sin ganar ninguna etapa. A esta forma de triunfo se la conoce como "a lo Walkoviak" y es como obtendrá Alberto Contador su tercer tour.

En la etapa de hoy, contrareloj de más de 50 kilómetros, el luxemburgués Andy Schleck que está bastante lejos de ser un entendido en la especialidad, llegó a estar muy cerca de descontarle los ocho segundos de ventaja que tenía el español (a dos para ser más preciso). Luego, el español logró ir superándolo poco a poco hasta sacarle 31 segundos al final. Recordemos que esa fue la diferencia que le sacó en Balès, cuando la famosa falla de la cadena. No me faltaba razón al decir ese día que sería una etapa que daría que hablar.

Personalmente he vivido un tour que, a pesar de lo reñido entre estos dos competidores, adoleció de mayores emociones. Creo que la ausencia de esos grupitos de cinco o seis donde cualquiera puede atacar y todos son un peligro hasta que el más fuerte logra imponerse, le quitó la emoción de otras vueltas francesas. Y lo peor del caso es que la sensación que queda es que la cosa va a ser así por varios años.

De todos modos, es cierto que estamos presenciando la evolución de uno de esos ciclistas que quedan en la historia, porque es bastante probable que este no sea el último tour que gana este muchacho de Pinto, Madrid. Para el año que viene, le pediríamos una o dos etapas de montaña, nada más.

Antidoping: la excusa más increíble jamás escuchada.

vean, escuchen, presten atención, esta estrella de la natación española dice que no se presentó a los controles porque su madre no sabe inglés y su idioma es el español (aunque en el caso suyo, parece que eso también es dudoso).

viernes, 23 de julio de 2010

Parece que su cuerpo estuviera hecho de partes diferentes de las que constituyen el de los otros.


Si alguien que no ha visto muchas carreras, observa el sprint de hoy en Burdeos, le parecerá que ganar una etapa del tour no es algo tan difícil. Viendo ganar a Cavendish, cómo explicarle que eso no es así.

Hoy se lo vio un poco solo en la aproximación. De hecho, el Sky soprendió haciendo el trabajo que normalmente hace su equipo, el Columbia (¡¿Pero para quién?! ¿Para Boason Hagen?). Él iba entre los primeros, sí, pero un poco escondido, tapado en un grupo del que parecía que iba a costarle salir. De pronto Petachi movió hacia la izquierda y se hizo la luz, mágicamente, él se le puso a rueda, como si eso fuera una simple cuestión de voluntad. A partir de ahí sacó tantas ventajas que se dio el lujo de mirar hacia atrás y ver que el más cercano venía a cinco metros. Si lo pensamos fríamente, tendremos que llegar a la conclusión de que, o bien Cancellara le pasó el motor que antes estaba en su bicicleta, o bien su cuerpo está constituido de manera diferente al de los demás. Esta fue su cuarta victoria de este tour, el año pasado ganó SEIS, y ya lleva, en total, como catorce.

(En la foto, se aprecia claramente el contraste de su sonrisa con el sufrimiento de los demás. Petachi mira hacia el costado como pidiendo que alguien le explique, o tal vez pensando en lo que encontró la policía italiana en su casa)

No sé qué decir.


Había niebla, mucha niebla, apenas se veía la carretera, era el Tourmalet y nada menos que en su vertiente más dura. Los líderes de la competencia tenían nada más 8 segundos de diferencia. El escenario de la épica estaba armado y tenía unas cortinas preciosas de terciopelo.

El equipo del segundo endureció los primeros quilómetros de ascensión hasta seleccionar a unos 20 corredores, los más enteros. Entonces, a falta de 10 quilómetros para el final, los más duros, con rampas de ocho, nueve y diez por ciento, el que iba segundo, el más joven, atacó con valentía, a su rueda reaccionaron rápido el líder y el octavo de la general (que duró poco junto a ellos). Fue un momento de mucha emoción.

A partir de ahí, una larga subida de dos corredores que no pudieron, o supieron, sacarse diferencias. Un baile de una pareja con todos los movimientos demasiado bien estudiados, bailarines muy buenos en sus trabajos pero en una coreografía donde no cabía la sorpresa. Y en estas obras, la sopresa, la improvisación, el salir del guión, es lo que queda en la memoria, lo que pasa a la historia.

Al final, vimos el ataque esperado, vimos la reacción esperada, pero no vimos algo que sea memorable. De hecho, la memoria nos llevó al año pasado en el Ventoux (igual de famoso escenario) y pareció anunciar los años que vendrán. Para el próximo tour, Andy, si quiere pasar de este segundo lugar (que parece empezar a sonar a aquella milonga que tan bien tocaba Ulrich), tendrá que inventar una nueva rutina...

Igual, lo veo difícil. Está el Giro, claro, la Vuelta... Qué sé yo.

Cuando el payaso se convierte en el dueño del circo.


Y como no tenés nada que hacer, llamás a un bufón para que vaya a tu casa y alegre la fiesta de cotillón que has montado para que no se note mucho que la verdadera fiesta se terminó. El bufón va, claro, si lo tratás bien y le decís que es el mejor del mundo y siempre lo será, que puede seguir divirtiendo a toda la humanidad, aunque cada vez es más claro que ha perdido la gracia. Entonces, entre bromas y risas, aprovechás para hacer un pequeño anuncio, una cosa de nada...

Jajaja
Jijiji

Y todos contentos.

Jajaja
Jijiji

Bolívar y Maradona.
Da igual.

Batlle no está solo.

La diferencia es que aquel lloraba por vergüenza y este llora por orgullo.

jueves, 22 de julio de 2010

100 años del Col du Tourmalet (2)





100 años del Col du Tourmalet

Final en alto hoy. Bien en alto: 2.115 metros de ascensión. El tour celebra los 100 años del primer paso por los pirineos, en su cima más emblemática: el Tourmalet. Y por su vertiente más intensa: Barèges. Más larga, 19 kilómetros, y más dura, 7,5%, que la tradicional de Sainte Marie de Campan y La Mongie.

Que si Schleck está con la sangre en el ojo por lo de Balè (de la sangre de Petachi mejor ni hablar), que si es su última oportunidad, que si Contador aguanta o contraataca, que si se comportó con falta de ética, que si se pelearon, que si se amigaron... Bueno, todo eso puede quedar atrás hoy, la mesa está servida y allí estaremos para observarlo.

Sin embargo, no sé por qué, algo me dice que no pasará nada entre esos dos, como el año pasado en el Ventoux, la misma situación pero sin Armstrong y Frank a sus costados. Hablando de costados, yo vigilaría mejor lo que hagan Samuel Sánchez y Denis Menchov, ahí puede haber algo interesante.

Espero equivocarme y que Schleck tenga una de esas jornadas dignas de recuerdo y que Contador se defienda como un león. El Tourmalet no se merece menos.

Veremos.

miércoles, 21 de julio de 2010

Lo intentó.

Fue bonito de ver. Quizás fue la verdadera despedida, antes de París, el último intento de regalar uno de aquellos momentos épicos a los cuales nos tenía acostumbrados en el mes de Julio. Esos momentos que hacían que uno quisiese comprar una bicicleta (trek si daba el dinero) y salir a rodar, en el invierno frío de un país ventoso, imaginando que las leves pendientes de la penillanura eran el Alpe d'Huez, o el Luz Ardiden, o la Sestriere, o la Mongie... Esas cosas que hacen los héroes, propagar el eco.

Ayer Lance lo intentó en el Aubisque y mientras tiraba de la fuga con lo que le quedaba, mientras Barredo o Fedrigo lo atacaban y el volvía, sentado y sufriente, a prenderse, pensaría, seguramente, en lo difícil que es hacerse viejo, en lo destructores que son los años, en que todo llega a todos más tarde o más temprano y aquellas cumbres, en las que sus piernas hacían girar al mundo del ciclismo y de la televisión detrás suyo, se parecían más ahora a lápidas de piedra sin desbastar.

O quizás pensase, con todo ese calor, en aquel 21 de Julio del 95, cuando ganó su primera etapa en Limoges y se la dedicó a Fabio Casartelli. Las piernas y los quilómetros le iban diciendo que ya no iba a ser posible pero al final, hizo el amague, el ademán de seguir el sprint de Fedrigo y Casar. Y se quedó en eso, una despedida casi imperceptible, un gesto menguado, un ejemplo insignificante de un esfuerzo gigante, de esos que hacen las personas normales y que nadie nadie nadie ve ni verá.

lunes, 19 de julio de 2010

Se hablará de este día.

Estaba mirando la etapa de hoy en el tour y, viendo que la cosa venía un poco tranquila, dije: ¡vamos, regálenme un poco de emoción por mi cumpleaños!

Parece que Schleck me escucho, en seguida pegó un palo y atrás saltaron pocos. El luxemburgués iba decidido cuando, bueno, lo que todos vieron, se le salió la cadena y no la supo poner rápidamente, tuvo que apearse y fue su fin, Contador venía lanzado y NO ESPERÓ. A partir de ahí, se vivió uno de los descensos más emocionantes que yo haya visto. Con el corazón en la boca y con ocho segundos de diferencia, Contador le robó el maillot jaune a Andy.

Se hablará de este día, de la "limpieza" o la "suciedad" con la que el español ganó este tour (a partir de ahora, veo difícil que Schleck pueda retomar el liderazgo con una diferencia que acolchone su debilidad en la crono del sábado), de sí hay que ESPERAR o no hay que ESPERAR, de que ya lo ESPERARON en Spa, vendrá a la memoria de todos la caída de Lance en Luz Ardiden y la caballerosidad de Ulrich...

Es lo que yo ESPERABA. Gracias por el regalo!

Un año más.

Tres años cumple este blog.
Como cada vez, el homenaje a la maravillosa canción que le da nombre.
Del maestro Eduardo Darnauchans (que Dios lo tenga en su gloria): El trigo de la luna. Todos de pie.


Y no te vayas a creer que es fácil
Ver en las aristas de la bruma
Las joyas tristes
Las espigas del trigo de la luna.

Son las perlecitas ateridas
Las lágrimas del llanto de Medusa
Desconocida
Las espigas del trigo de la luna.

Sin contorno,
Sin estado,
Invisibles a los ojos apurados,
En los trigales de la luna
Los granos del trigo de la luna
Brillan de un brillar verdeazulado.

Destellan en el lente galileo
Ondeando en el no-viento de la luna
Abandonados
Los diamantes privados de fortuna
Las lágrimas del trigo de la luna.

Ingreso en el año 38 de mi vida.

Mientras comía caracoles de mar, mejillones, berberechos, merluza, sepia, langostinos, langosta y almejas al borde del mar mediterráneo, con unas olas débiles rompiendo a quince metros, en un lugar cercano a Tarragona llamado Altafulla - Tamarit, pensaba: ¿quién me iba a decir a mí que pasaría mi cumpleaños en un lugar así?

Hace dos años estaba en el salón Tenampa de la plaza Garibaldi en México, con una máscara gigante de Doctor Wagner en la cabeza y unos mariachis cantándome las mañanitas.

Son raras las vueltas que da la vida, por suerte.

viernes, 16 de julio de 2010

Por una cabeza.

Está claro que en el ciclismo hay codazos, golpes, escupidas y muchas otras cosas. El pelotón es grande y los premios pocos. Pero una llegada como la de ayer en el Tour yo no tenía vista.

Cuando se huele un final "al Sprint" los equipos de los sprinters se ponen nerviosos y toman las riendas, las pulsaciones se aceleran. Eso siempre ha sido así. En los últimos metros, los llamados "lanzadores" preparan el terreno para que lo ganen sus jefes y cada centímetro de ruta se paga caro. Ayer, Julian Dean, del Garmin, quizo abrir un hueco para que Tyler Farrar pudiese pasar. Pero Mark Renshaw, que venía lanzando a Cavendish, no estaba por la labor y, a sesenta kilómetros por hora, a base de cabezazos (sí, leyeron bien CABEZAZOS,tres) le cerró la puerta, a él y luego, no contento con su hazaña, arrinconó a Farrar contra el vallado. Una verdadera proeza de habilidad sobre la bicicleta.

El resultado: tercera victoria de etapa para Cavendish en esta edición y primera expulsión del Tour en muchos años (sin contar las de dopaje claro está) para Renshaw.

Un buen titular podría ser: Cavendish X 3 (Por 3 cabezas)
Pero siendo tanguero, me decanté por el clásico gardeliano.

El ruso se lo merece todo.

(me lo mandó un amigo por mail y sospecho que es importado, pero el ruso se merece todos los homenajes que podamos hacerle)
* Si la montaña no va a Mahoma, el ruso perez se la empuja.
* Cuando las ovejas no pueden dormir se ponen a contar rusos perez.
* Cuando Dios dijo: 'Hagase la luz', el ruso perez ya estaba jugando al play Station.
* ruso perez x manzana / Dios = manzana, porque ruso perez y Dios se simplifican.
* Jesús nació en el 1980 A.RP.
* El ruso perez compra todo lo que Mastercard no puede.
* Al ruso perez no se le para, se le pone de pie.
* El ruso perez si quiere te quita lo bailado.
* Si ya llegaste a los 150 contactos en el MSN, igual podés agregar al ruso perez.
* Si el ruso perez se va a Sevilla, no sólo conserva su silla, sino que cuando vuelve tiene también un banquito y una reposera.
* Cuando el ruso perez juega al futbolito, mete los goles de rabona y tira caños.
* Jehova es testigo del ruso perez.
* El ruso perez es sujeto y predicado al mismo tiempo
* El ruso perez SABE... pero NO CONTESTA
* Si el ruso perez mira la cinta de La Llamada, a los siete días se muere la nena del pozo.
* El ruso perez no esta a la derecha de Dios padre, el se sienta a upa.
* El Olmo del ruso perez da peras.
* El ruso perez puede contar hasta el infinito, al revés.
* El ruso perez es el ruso perez y Dios es Dios porque el ruso perez eligió primero.
* El ruso perez vende su orina enlatada. Se la conoce como Speed.
* Si el ruso perez alcanza la velocidad de la luz, no solo duplica su masa -según Einstein-, sino que también usa la mitad de masa sobrante para hacer bizcochitos.
* El ruso perez no come milanesas porque conoce su verdad.
* Si el ruso perez fuera un numero sería compuesto y primo a la vez
* El ruso perez va al cajero y puede sacar cualquier cifra posible, no solo multiplos de 100
* El ruso perez sabe que quieren las mujeres
* El ruso perez le dio clases de como tener huevos a Leonidas y a Aquiles
* El ruso perez siempre pasa por el triangulo de las bermudas y nunca le pasa nada
* El ruso perez aplaudio y empezo el big bang.
* Dios al septimo dia descanso porque el ruso le dio licencia
* Sauron tiene un solo ojo porque el otro se lo sacó el ruso
* Los dinosaurios miraron mal al RUSO, UNA sola vez
* El huracán katrina fue la venganza del ruso cuando le negaron la visa
* Cuando moises abrió las aguas el ruso hacía rato que tenía un puesto de pescado frito en el medio.
* De la costilla de Adán salio Eva y de una costilla del ruso salieron "las chicas speed".
* El Ruso se corta las uñas de la mano izquierda con la mano izquierda.
* Los autos miran hacia los dos lados cuando El Ruso quiere cruzar.
* El Ruso puede cerrar una puerta giratoria.
* La canción "sal de ahí, chivita, chivita" termina cuando lo llaman al Ruso.
* El Ruso terminó la Sinfonía Inconclusa de Beethoven. Con un silbato.
* El Ruso le limpia la casa a Mr. Músculo
* El Ruso vió enfermo al Mar Muerto
* No hay especies extintas, hay algunas que deja vivir el ruso y otras que no
* El Ruso va a cruzar y el semaforo se pone en verde automáticamente
* El Ruso come duraznos en almibar sin abrir la lata
* El Ruso cuando esta de bajón, el delivery lo llama pa ver qué quiere que le lleven
* El Ruso tiene Direct tv y no le pasan los partidos en vivo, se los pasan antes de que empiecen
* El Ruso se puso a correr vueltas a la manzana y empezó a ir mas lento pa no pisarse los talones
* El Ruso tiene mas responsabilidades que nadie, decide su vida y la tuya papaaaa!!!
* El Ruso juega al "yenga" a las patadas y no pierde, es muy sutil
* Cuando el médico le apoya el estetoscopio en el pecho al ruso escucha sonido 5.1 en HD con power bass
* El Ruso sabe ponerle la hora al microondas

jueves, 15 de julio de 2010

Más gracias, muchas gracias.


Como todo el que haya pasado por aquí podrá comprobar, soy un adicto al deporte. Sigo y conozco de muchos (desde el triatlón al fútbol americano) pero, desde niño, el que más he visto y del que podría decir que "sé" más es el fútbol. El fútbol es algo serio en Uruguay. Antes de los cinco años mi padre ya me llevaba cada fin de semana a ver al Club Atlético Progreso, que en aquella época estaba en Tercera división (de hecho, el partido de ascenso a Segunda contra Botson River es uno de mis primeros, borrosos, recuerdos). Puedo decir con orgullo que estuve en todas las canchas de Montevideo (desde la de La Luz hasta la de Salus) y en las condiciones más adversas de frío, lluvia o parciales contrarios enojados, que se puedan imaginar.

Una vez que tuve edad para ir solo al fútbol, me hice simpatizante de un equipo de segunda división (cuando Progreso ya estaba en Primera), Basañez, para poder ir a la cancha los sábados y los domingos. Durante todos estos años, más de treinta, no hubo manera de que mi madre compartiera la emoción mía y de mi padre por este deporte. Cuando lo veíamos en la televisión (partidos en los que no jugaba Progreso), ella ni siquiera se asomaba. Nunca entendió nada de las reglas ni de lo que se suponía que nos proporcionaba tanta diversión o sufrimiento a nosotros.

Algo cambió con el equipo de Tabárez. Al final de cada partido me llamaba por teléfono emocionada para comentarme que íbamos a llegar lejos (cosa que yo no creía) y tenía razón (demostró saber más que yo de la cosa). Pero lo más sorprendente de todo es que ayer me mandó una foto de la bandera que hizo, como el más fanático de los fanáticos, cosiéndola ella misma, para colgar del balcón de su casa por donde pasaba la caravana con la selección que volvía del mundial.

"Gracias por el ejemplo" dice su bandera y es, justamente, un ejemplo de lo que logran las gestas épicas del deporte (que nunca debieran ser subestimadas): son integradoras en el mejor sentido de la palabra; hacen que países enteros hablen de una cosa y tengan sentimientos positivos hacia todo lo que los rodea. Ayer, en un análisis de un programa especial sobre el 14 de julio en Francia, dos periodistas francesas coincidían en señalar los casos de corrupción no resueltos que vive el gobierno y el fracaso de la selección en el mundial, como las razones por las cuales este 14 de Julio era una celebración problemática. Y yo pensaba, no puede ser que el fútbol tenga tanta importancia, después vi la bandera de mi madre y me di cuenta de que sí, tiene mucha importancia. Durante muchos muchos años fuimos un país cayendo en picada, ahora que subimos, vamos a disfrutarlo, todos juntos aunque estemos lejos y con las esperanzas más crecidas que nunca en seguir subiendo (y no me refiero al fútbol).

miércoles, 14 de julio de 2010

La primera vez.


A los que no son seguidores del ciclismo, les cuesta entender esto de que la gente gane etapas y sea renombrada constantemente como candidato pero nunca vayan primeros o triunfen. El concepto de "la general" es complicado y lógicamente, la división de tareas en los equipos, con los gregarios, los de montaña, los sprinters... lleva tiempo de asimilación y casi todo el mundo lo ve como un deporte mucho más individual de lo que realmente es.

Ahora bien, a veces los equipos, o sus directores técnicos, hacen cosas que nadie parece entender, ni siquiera los que entienden. Ayer, por ejemplo, parecía una etapa destinada, a pesar de la alta monaña, a ver pasar quilómetros de subida sin provocar demasiados cambios en "la general", y eso que cerca del final estaba el Col de la Madelaine (el mismísimo Contador así lo expresaba aquí). Primero los del Caisse d'Epargne movieron bien, con tres hombres en la fuga primigenia y entre ellos su líder, Luis León Sánchez, que se quedó muy cerca de llevarse la larga etapa. A partir de ahí, fue difícil entender lo que hicieron los equipos, sobre todo si pensaban, como yo, como muchos, que no sería una etapa decisiva.

El BMC se obcecó en llevar el ritmo, para proteger a Evans (Maillot Jaune), a pesar de que, como quedó demostrado, no tiene lo que hace falta para liderar una gran vuelta (me refiero al australiano y, sobre todo, al equipo). Después, ya en el Col de la Madeleine, Nicki Sorensen dio un empujón para el Saxo Bank que sacó de punto a más de uno pero reventó muy rápido y no hizo un daño real, más allá de dejar solo a su jefe. Los de BMC trataron de retomar el control, sospecho que intentando extremar los cuidados de un Evans que no se sentía demasiado bien. En eso saltó Vinokúrov, del Astana, incomprensible y sin que nadie lo siguiera. Pero, más incomprensible aún, Tiralongo puso un ritmo fuerte para el Astana (aun cuando Vinokúrov había saltado y estaba solo) que mató, entre otros, al malla oro, pero lo mató bien muerto. Dani Navarro dio la estocada para el Astana y dejó a muy poca gente con vida. Pero todo esto pareció una preparación para el ataque de Andy Schleck (la preparación que Sorensen no había podido culminar), al que sólo pudieron seguir Alberto Contador y Samuel Sánchez. Schleck atacó varias veces y sólo Contador pudo con su ritmo. Al final, viendo que sólo se estaban frenando sin hacerse daño, se pusieron de acuerdo para destrozar al resto de los favoritos, Basso, Menchov, Evans... y, en algo que hacía tiempo que no se veía, dejar el tour bien cernido (con sólo ellos dos) para todo lo que falta, y lo que falta es casi todo.

Bien, que al final fue una etapa explosiva, preciosa, con un duelo individual como hacía tiempo que no se veía, y que me felicito de haberme quedado en casa para verla. Y otra cosa, antes que me olvide, por primera vez Andy Schleck se vistió con el Maillot Jaune, algo me dice que por muchos días y que tendremos que acostumbrarnos a verlo de este color en los próximos tours, Contador dice que sí, pero no tanto.

lunes, 12 de julio de 2010

Plaça Catalunya - Plaza España: un des.plaza.miento.

Hoy es, sin ninguna duda, el día después de la gesta más importante de la historia del deporte español. Debería ser un día de asueto tácito, de celebración generalizada hasta para los que no saben cuáles son las reglas básicas del fútbol. Debería ser un día de fiesta absoluta y mayúscula, de comunión memorable entre todos los que han nacido aquí. Sin embargo, en Barcelona, la capital de Cataluña y segunda ciudad en importancia del país, fue un día como cualquier otro, un lunes más, con esa pesada incomodidad que le da el calor intenso a los lunes de verano. Se podrá discutir sobre las razones de esta apatía, se podrán argumentar todas las causas que se deseen, pero lo cierto, lo incontestable, es que la mayoría de las personas que viven aquí (por lo menos en los lugares que me tocó recorrer) no demostraban sentirse del todo partícipes del triunfo logrado ayer por la selección española de fútbol (y eso que más de la mitad de los que jugaron -Puyol, Piqué, Busquets, Capdevila, Fabregas y Xavi- son de origen catalán); esto nos lleva a preguntarnos sobre el sentimiento nacional de la gente originaria de esta tierra: Catalunya es, de iure, parte de España, pero los catalanes ¿se sienten, de facto, parte de España?

La zona destinada a los festejos deportivos en la ciudad de Barcelona -el equivalente a 18 de Julio en Montevideo, el ángel de la independencia en México o el obelisco en Buenos Aires- es la Rambla de Canaletas, a pocos metros de la Plaça Catalunya, donde acaba la parte histórica de la ciudad y comienza el ensanche. Es común, en los días de celebración, que la gente baje caminando por Paseo de Gracia o que venga eufórica en automóvil por Gran Vía o Aragó y se acerque hasta la Plaça Catalunya llenándola y haciendo imposible acercarse a la famosa fuente de Canaletas. Yo vivo en Gracia, un barrio que está en la parte más alta del Paseo de Gracia, al final del mismo. Cuando el Barça logra un nuevo título, salgo de mi casa caminando y voy hasta Plaça Catalunya (media hora de marcha). La fiesta comienza, justamente, al cruzar la puerta de mi edificio y va creciendo a medida que me aproximo al epicentro de la emoción. Ayer por la noche, Gracia no era esa fiesta usual, había alguna celebración tímida, claro, pero no era lo mismo.

El día anterior a la final del mundial, este territorio antes descrito fue ocupado por una manifestación convocada por varias organizaciones catalanas para protestar por los recortes impuestos por el Tribunal Constitucional al Estatut que daba un nuevo marco jurídico a esta comunidad autónoma. Igual que en los días de celebración, fui hasta los "Jardinets", lugar en que se encuentran Paseo de Gracia y la principal de Gracia (Gran de Gracia) y donde comenzaría la marcha para bajar hasta Gran Vía, siguiendo más o menos el mismo derrotero que hago en cada celebración deportiva. Era tanta la gente (se calcula en más de un millón de personas) que no se podía marchar, todo el recorrido, de principio a fin, ya estaba tomado por manifestantes de modo que la cabeza de la manifestación no podía avanzar. Esperé un rato y me fui hacia abajo por calles paralelas comprobando que, efectivamente, Paseo de Gracia estaba tomado por las banderas con cuatro franjas rojas sobre fondo amarillo, la Senyera, bandera catalana. Si la coincidencia de dos momentos tan importantes para la historia de España y de Catalunya (político uno, deportivo el otro, muy convocantes ambos) fue deliberada no lo sé (pensaría que sí), pero lo que es claro es que la confrontación fue evidente; el domingo el amarillo y rojo de la marcha compitió en todos los medios con el amarillo y rojo de la final del mundial.

Para el día del partido, y un poco "sobre la hora", el ayuntamiento de Barcelona autorizó la colocación de una pantalla gigante en Plaça Espanya, a los pies de Mont Juic. Estaba claro que allí se reunirían muchísimos de los simpatizantes de "la roja" que hay en la ciudad para ver el partido y el posterior festejo (así fue efectivamente). Pero también estaba claro el desplazamiento: cuando los partidos finales del Barça la misma pantalla gigante se establece en Plaça Catalunya. La alegría de España no era bienvenida en Catalunya. Este obvio corrimiento físico no hace sino evidenciar un corrimiento paralelo y menos notorio de orden psicológico, digamos: festejar por España en Barcelona no puede ser un evento central, no está bien visto, es casi "políticamente incorrecto".

Esto lo he venido confirmando durante toda la jornada de hoy. En cualquier país del mundo, las calles tendrían que estar colmadas de niños con la camiseta de España, los balcones de símbolos alusivos al título, las oficinas de borrachos resacosos llegados habiendo dormido apenas unas horas (en el mejor de los casos) y con ganas de seguir de fiesta... Nada de esto pasó, por lo menos en el camino que yo he recorrido, y me moví por la ciudad más de lo habitual. A un compañero de trabajo que vino con la camiseta española número 8, la de Xavi Hernández, yo mismo prescencié cómo le decían, medio en broma medio en serio, que se la quitara, también escuché varios comentarios de personas que se quejaban porque la noche anterior no habían podido dormir por los "ruidos molestos" generados por el fútbol (petardos, gritos, bocinas).

No voy a ser yo (que soy demasiado nuevo e ignorante aquí), ni este es el lugar, para hurgar en las causas que provocan estas circunstancias, son muy complejas y antiguas, pero sí puedo ser, como observador curioso y extranjero, un testigo que se formule ciertas preguntas. Las nociones de nacionalismo e independencia tienen, para mí, connotaciones opuestas. El nacionalismo es, siempre ha sido, una postura de derechas, un sentimiento conservador que quiere congelar y exaltar ciertos valores compartidos por un grupo humano (una tierra, una lengua, unas danzas, una literatura, una historia...) para diferenciarlo de otros, es un camino que puede ser muy peligroso y no hay que irse muy atrás en el tiempo para comprobarlo (la semana pasada, de hecho, leí algo relativo a la masacre de Srebrenica en Bosnia). La independencia, en cambio, es una palabra que, en mí al menos, tiene resonancias de izquierda; es revolucionaria, trata de provocar un cambio en un estado de situación, invertir los valores para hacer algún tipo de justicia, liberar una emoción "real" del yugo de una ley que se considera antinatural, "ficticia". En las actuales condiciones que se observan en Catalunya conviven estas dos posturas y pueden verse izquierdistas y derechistas compartiendo un modo de pensar, de ser o de querer ser (y dejando un poco en segundo plano, sospechosamente, la crisis económica brutal que atraviesa el país; cualquier manifestación por el empleo no hubiese convocado ni la décima parte de gente que la del Estatut, ni que hablar de los festejos de la selección). Situaciones como las que se viven hoy llevan realmente a la reflexión sobre lo profundo, y genuino, de estos dos sentimientos, pero lo que es incontestable es que el concepto de "nación española" no permea de igual modo en todos los territorios del país, de hecho en algunos pasa bastante mal, y debiera ser revisado; mejor dicho, está siendo interpelado constantemente, a nivel de las altas esferas políticas (de vez en cuando) y en la calle (todos los días). En la medida en que esa situación no se resuelva de algún modo, traerá complicaciones graves más tarde o más temprano, esas altas esferas políticas deberían tener mucho cuidado con sus actos o por lo menos saber exactamente hacia dónde llevan.

domingo, 11 de julio de 2010

Detrás de lo que está detrás y en el medio.

El tipo que está acá al lado es Hendrik Johannes Cruijff y, si me preguntan, es el protagonista, quiero decir el principal agonista, de la final que está a punto de comenzar en Sudáfrica. Es el hombre detrás de lo que está detrás y en el medio.

La estrella del fútbol holandés, símbolo de la naranja mecánica que tendría que haber ganado por lo menos un mundial, es también el héroe adoptivo de Barcelona y el forjador de un estilo de juego que ha encumbrado al equipo catalán en lo más alto del mundo. Curiosamente, si tuviéramos que elegir al equipo heredero de su fútbol, no sería el de su país, sino el de sus rivales. Me imagino que por su cabeza pasará la posibilidad de ver a esa camiseta naranja levantando la copa que él no pudo levantar, algo de justicia después de los años, pero también sería justo que su juego (el fuego que Del Bosque tomó de Guardiola y Guardiola tomó de él), su ideología futbolística, obtuviera el máximo reconocimiento al que puede aspirar un hombre de fútbol.

Antes de un partido así, aunque no juegue tu equipo, si uno es verdaderamente un amante de esta representación teatral en que se ha convertido el deporte de alta competencia, es difícil no sentir un cosquilleo en el estómago, imaginen lo que siente alguien que tiene fichas puestas en los dos contendores. Capaz que sólo siente la certeza de haberlo hecho bien y la tranquilidad de que, gane quien gane, se acordarán de su nombre.

¡So long Lance!

Las personas que se acercaron hoy hasta Morzine-Avoriaz podrán jactarse de haber presenciado un hecho nunca antes visto: Lance Armstrong perdiendo casi doce minutos respecto a los candidatos a ganar el Tour de France. A partir de ahora, después de que las cámaras se regodearon largo rato con su rostro agotado y sus heridas de guerra (de las varias caídas sufridas), se abrirán los debates sobre si hizo bien en emprender este retorno después de su heroica relación con el Tour y del podio que consiguiera el año pasado (algo que, desde acá, parece casi imposible de igualar). El hombre de acero, el guerrero de mil batallas, el héroe del olimpo, el semidios, el imbatible, y todos los adjetivos que se le quieran poner y se le han puesto a este extraordinario deportista, empezó a ceder en el primer puerto verdaderamente exigente de esta ronda gala, ante el ritmo impuesto por los corredores del equipo de Contador y a partir de ahí, no hubo manera de frenar la sangría.

Después, Schleck atacó faltando muy poco para el final y ni Contador, ni Evans, ni Basso, pudieron responderle, sólo Samuel Sánchez lo siguió y le disputó la que al final sería su primera victoria de etapa en una gran vuelta. Pero este gran triunfo del luxemburgués, que además le da muchísimo ánimo para lo que queda (y queda todo) y que parece asegurar definitivamente un duelo, Contador-Schleck, que definirá los próximos años de esta competencia y que estará entre los grandes de todos los tiempos, queda hoy en un segundo plano. La noticia del día es la gran derrota de Lance y la pregunta: ¿cuál será a partir de ahora su carrera? (me refiero a lo que queda del Tour). ¿Terminar ente los diez primeros? ¿Ganar una etapa? Ambas situaciones parecen muy difíciles desde aquí. Pero todavía falta muchísimo y capaz que el objetivo del tejano debería ser por ahora y simplemente: terminar. Terminar de terminar. Con lo que parecen disfrutar los franceses de su desgracia, tanto como sufrieron su gloria, da la sensación de que esta competencia se le va a hacer eterna. Espero que no sea así, para un guerrero de estos uno siempre espera un final más en alto, más alto que el Tourmalet.

sábado, 10 de julio de 2010

¡Bravo, bravo, bravo Chavanel!

En vez de ir a la playa me quedé a ver la etapa del Tour. Y parecía que me había equivocado, porque es un día precioso y la cosa venía bastante quieta; pero no, acerté: qué linda etapa de media montaña, mucho movimiento y un final atrevido que se le agradece a Sylvain Chavanel. Y por si fuera poco, la movida valiente que hizo un ciclista valenciano joven, Rafael Valls, que en su primer Tour ya logró un segundo puesto. Qué bueno que el BouyguesTelecom apretó el acelerador cuando los escapados ya parecía que iban a llegar tranquilos (aunque la jugada no les salió nada bien), cuando parecía que iba a ser una etapa tranquila. Supongo que Cancellara (Maillot Jaune hasta ahora), que mientras escribo esto todavía no llegó a la meta, no pensará lo mismo.

Este dúo Chavanel-Pineau (con la malla a lunares de la montaña) es como Uruguay en el mundial, obviamente nadie espera que vayan a ganarlo todo, pero qué bonita sorpresa en un equipo que no creo que pensara en demasadas victorias como el Quickstep. Ahora, a ver el partido de Uruguay y mañana, a la playa tempranito y después sí, a disfrutar de una etapa que si bien no va a hacer que nadie gane el tour, sí que va a definir quiénes son los que quedarán vivos para pelear en los Pirineos.
(y por si esto fuera poco, en la noche final del mundial)

viernes, 9 de julio de 2010

Tanto que aprender, tanto que enseñar (2).

En 1989, el campeón uruguayo fue el Club Atlético Progreso (todos de pie, por favor). Por supuesto que yo fui a todos y cada uno de los partidos, menos el último en la cancha de Central por encontrarme fuera del país. Esa gesta de equipo chico, pobre y socialista, con Tabaré Vázquez como presidente y Saúl Rivero como técnico, mezclada con la campaña que llevó a Vázquez a la primera intendencia de izquierda en Montevideo, me recuerda bastante a lo logrado por la selección (a un nivel muy diferente, por supuesto) en estos días. Hoy me encontré con este reportaje a Leo Ramos, integrante de aquel equipo en el Sitio Oficial del Club Atlético Progreso. Cito un extracto, hablando de humildad.

"Camino a los 21 años de la gesta mas importante del club, ¿Qué recuerdo tenés de esa campaña?

De esa campaña tengo muchos recuerdos que hoy a los chicos de esta epoca no se les pasan por la cabeza... Cuando concentrábamos en el Paso de la Arena, nosotros, los jugadores, salíamos a recolectar lo que precisábamos para comer en los días de concentración: el pan, la verdura, la carne o pollo, las mermeladas o la manteca, hasta muchas veces cocinar nosotros y lo digo con mucho orgullo porque eso forjó mi mentalidad y la del grupo campeón. Cuando volvíamos a la concentración con todo lo que habíamos conseguido era como salir campeones (risas).

Después, la ida en el micro a los partidos desde el Paso de la Arena hasta las canchas fue algo muy lindo.... En lo personal más todavía porque era una época en donde los jugadores no debutaban tan jovenes, yo tenía 17 años y de mis compañeros el menor tenía 28 años (risas). Por eso digo que tuve algo que muchos de los jugadores actuales nunca tuvieron ni van a tener, yo tuve 25 tecnicos al lado mío que me enseñaron muchísimo. También los sufrí, por ser el mas chico era el negrito de los mandados (risas) (1), el que les enrollaba las vendas, el que mandaban a comprar cigarrillos a escondidas, al que le sacaban la toalla si alguno se olvidaba, el jabón, el shampoo, bah, todo (risas).

En realidad fueron tantas cosas; recuerdo el primer sueldo que cobré, me sentía millonario y fui a buscar a mi madre al trabajo y la lleve a comer, me sentía feliz de poder hacerlo; el tema es que la lleve a comer pizza y adiós al sueldo (risas); al otro día otra vez a pedir plata para el ómnibus o caminar las 20 cuadras hasta el club (risas)."


(1)- El autor de este blog no se hace responsable de la incorrección política del jugador.

miércoles, 7 de julio de 2010

Tanto que aprender, tanto que enseñar.

Hace algunos años, cuando yo era muy joven, los montevideanos importamos de Buenos Aires la expresión "¡Qué maestro!". Entonces todos lo erámos. Aquel hizo tal cosa: ¡Qué maestro! Aquel otro hizo tal otra: "¡Un maestro!" Cuando nos cansamos del sonido de la palabra de tanto usarla, la tradujimos al inglés y todos se convirtieron en "Masters". Ahora la palabra vuelve a hacerse oír con fuerza en Uruguay, y en varios países, pero con otro sentido, un sentido más propio, más sustantivo, realista, menos pedante (o más pedante, dependiendo de la ascepción que se escoja): el maestro Tabárez es un maestro sencillamente porque es un maestro, uno de esos que enseñan cosas que hay que aprender.

En octubre del año pasado, después de la derrota de la selección uruguaya contra Argentina en el Estadio Centenario, hablé muy mal del seleccionador nacional; estaba ofuscado. Hoy, que casi todo nos sonríe a los uruguayos en materia futbolística, no me olvido de eso. No me olvido de que pensé que no llegaríamos al mundial, y tampoco de que, después del partido contra Francia, pensé que no pasaríamos la serie. No me olvido de cuánto me equivoqué, porque para aprender y no estoy hablando de fútbol, lo primero que hay que hacer es reconocer los errores.

El maestro Tabárez me ha enseñado, nos ha enseñado, lo importante que es pensar ordenadamente, ser disciplinado, trabajar en equipo, creerse capaz de todo pero sin dejar de ser humilde, trabajar, trabajar, trabajar. Saber que, sin importar lo grande que sea el obstáculo, hay que hacer lo imposible por superarlo... En fin, todas esas palabras que se escriben estos días en los medios de nuestro país, y de otros, y parecen sacadas de un powerpoint motivacional de esos que se mandan por mail, pero que también son ciertas: este equipo es el ejemplo más claro de ello.

Es muy difícil escribir sobre estas cosas cuando todo el mundo (y me refiero a la mayoría de los países que lo componen) está diciéndolas. Pero también, habiendo compartido el lugar de nacimiento con los componentes de este equipo, es muy difícil no decir algo. Algo que, en realidad, se resume en dos palabras: ¡MUCHAS GRACIAS! Por probar que estaba equivocado, por inspirarme, por emocionarme, por hacerme reír, llorar, por acercarme a mi infancia, a mi familia y a mis amigos que están lejos, por hacer que la gente se acerque a mí y me felicite sin que yo haya hecho nada más que nacer, por devolverme las ganas de volver al lugar en el que, precisamente, nací y con el que estoy un poco peleado: ¡MUCHAS GRACIAS!

Hoy es San Fermín. Fiesta de la Fotografía.





martes, 6 de julio de 2010

Siempre se ve algo nuevo: Lance rodando solo.


Tenía razón Armstrong, la etapa de hoy fue una confusa carnicería en el pavé, pero él, lejos de beneficiarse, no sólo perdió, creo yo, toda opción al tour (que en realidad no tenía muchas), sino también a reeditar el podio que hizo el año pasado (no creo que en la montaña pueda recuperar minutos a gente como Contador, Schleck o Evans). De hecho, pudimos ver una imagen inédita (salvo, claro, en los últimos kilómetros de los puertos más exigentes de alta montaña), Lance Armstrong absolutamente solo tratando de conectar con un grupo que pudiera llevarlo hasta la meta. La cara del tejano al llegar, toda llena de polvo negro, una epecie de camuflaje del ejercito de la derrota, y su forma incómoda de pedalear por momentos, no parecen presagiar lo mejor.

Por otro lado, supongo que los directores de los equipos estarán regañando a sus muchachos y diciéndoles: "vieron cómo no hay que esperar a nadie". Lo de hoy fue paradójico: el caído de ayer, Andy Schleck, y el que hizo que todos esperaran cuando podían haber sacado ventajas, Fabian Cancellara, aprovecharon la confusión de la caída nada menos que del hermano del luxemburgués, Frank, para consolidar una ventaja que devolvió el maillot jaune al suizo (Chavanel tuvo la desgracia de pinchar dos veces) e hizo que Andy recuperara los segundos que perdió en la contrareloj con respecto a los favoritos.

Pero más allá de todo eso, me parece que el gran beneficiado de esta etapa, más que Schleck, fue Cadel Evans, que logró, calladito, llegar con los primeros y le sacó 20 segunditos a Andy, un minutito a Contador y casi dos a Armstrong; que ya sé, no es nada, pero es algo.

¿Alguien le preguntó a la gente de Lesotho si el comercial de Coca-Cola era ofensivo?



Esto que está acá arriba es una MIERDA. Pero además de ser una mierda porque está hecho como la mierda y porque, queriendo ser gracioso, lo único que puede provocar es desprecio, es una mierda porque ofende en un tono estúpido que lo único que logra es lo opuesto de lo que supuestamente se propone: lograr el apoyo de los arengtinos para la selección uruguaya (en realidad lo que se propone es promocionar a una productora al "bajo precio de la necesidad". Esto sí que lo logra).

Pero más allá de mi juicio subjetivo y de la justificada indignación que puede generar en más de un argentino, que hoy estará a muerte con Holanda, me lleva a preguntarme si la campaña "celebremos más, alentemos juntos" de la agencia argentina Santo para Coca-Cola latinoamerica, parodiado en la mierda de acá arriba y que está acá abajo, no será igual de ofensivo para los habitantes de Leshoto. Y me pregunto si, por el sólo hecho de estar mejor realizado, ser firmado por Coca-Cola y haber sido hecho por talentosísimos creativos argentinos, no resulta igualmente despreciable.

Está claro que los clubes argentinos, a través de la poderosa maquinaria mediática porteña, han logrado exportar (con programas como "El Aguante" por ejemplo) una forma de vivir el fútbol y de apoyar a un equipo que vuelve muy riesgosas este tipo de acciones. Deberíamos, en este campo, ser todos un poco más cuidadosos; porque el fútbol es un juego y hay cosas muchísimo más importantes por las que pelearse, las nacionalidades no son una de ellas.

Uruguayos de corazón.

Como cada partido, después de terminar el de Ghana, me llamaron mis padres. Estaban junto a mi hermana y mis sobrinos festejando. Mi cuñado estaba de guardia y había tenido que salir corriendo. Mi cuñado es cardiólogo. Inmediatamente pensé en lo importante que es esa profesión en los días de partidos así. Pensé en la gran cantidad de personas que habrá sufrido percances cardíacos y me acodé de uno que vi de cerca, en una situación similar, aquella vez que en el cilindro infartó Víctor Hugo Berardi, contra Brasil, si mal no recuerdo.

Supongo que hoy tendrán otra vez mucho trabajo, lamentablemente. Si es así, querrá decir que el partido es cerrado y seguimos en carrera hasta el final. Aunque la veo muy difícil, supongo que, como el otro día, terminaré de 160 a 200 pulsaciones por minuto y te digo una cosa, para sufrir tanto hay que estar entrenado.

lunes, 5 de julio de 2010

Si la carnicería es mañana, no quiero ni pensar lo que va a ser eso.


Hace ya algunos días que Lance Armstrong dijo que la etapa con tramos de "pavé", típico escenario de la París–Roubaix, sería una carnicería y que él, viejo zorro, y su equipo de zorros (jóvenes y viejos) iban a estar atentos para sacar ventajas. Contador declaró que si bien no creía que se pudiera ganar el Tour en esa etapa, sí se podía perder. Bien, eso será mañana. Pero hoy ya se vio a uno de los candidatos casi perder el Tour, cuando nadie lo esperaba. En una etapa difícil con clima adverso y varias cotas de tercera categoría, una caída masiva dejó muy mal parado a Andy Schleck.

Todavía no se sabe bien lo que pasó, pero por lo que pudo verse, parece que su compañero de equipo y líder de la general (hasta hoy) Fabian Cancellara, se las arregló para que el pelotón de los favoritos (léase Contador, Armstrong y compañía) esperaran al Luxemburgués. Sylvain Chavanel, fugado desde el principio, no entró en el juego del Saxo Bank y siguió sacando distancias. Distancias que a la postre le significaron su segundo triunfo de etapa y el maillot jaune por primera vez en su vida para este histórico del tour. Me alegra ver a Chavanel de amarillo.

Me hago la pregunta que supongo que muchos se hacen a esta altura: ¿si hubiese sido Contador el caído, los demás (léase Radioshacks) habrían esperado? Mmmmmmmmmmmmm, a juzgar por las declaraciones de Lance, supongo que no. Y después, visto lo visto hoy, ¿habrá carnicería mañana?
Todo hace prever que no, peroooo... El diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo. Yo, por las dudas, la etapa de mañana no me la pierdo.

sábado, 3 de julio de 2010

El motor funciona bien.

Con las piernas desproporcionadamente gruesas como sobrando para los costados de la bicicleta, como si le quedara chica, verlo me recuerda siempre a los ciclistas de la película de dibujos animados "Les Triplettes de Belleville". Ya es un lugar común de los prólogos del Tour de Francia, el primero en portar el "maillot jaune" se llama Fabian Cancellara. Como será de rápido que lo acusan de tener un motor en la bicicleta.

A mí, los deportistas de los que todo el mundo espera que hagan una cosa tan difícil como ganar, y en un medio tan difícil como la alta competencia, la hacen, una vez tras otra, son los que más me sorprenden, mucho más que los que soprenden con una victoria. Y otra cosa, Armstrong le saca cinco segundos a Contador. Este señor no se quiere convencer de su retiro.

viernes, 2 de julio de 2010

En sus marcas, listos...

Mañana arranca el Tour y pocas veces alguien fue tan favorito, en la previa, como Alberto Contador este año. Pero bueno, el tour es el tour y todo el mundo (todo el mundo) lo quiere ganar. Sus rivales han hecho buenas preparaciones y la mesa parece estar servida para un buen espectáculo. El segundo puesto de Armstrong en la vuelta a Suiza terminó de poner la cereza en el plato (la misma que había quitado la gran victoria de Contador en el Alpe d'huez en la Dauphiné Liberée). De todas formas, da la sensación de que el único que le puede dar batalla al español es el menor de los Schleck (cinco llegadas en alto serán las oportunidades que tendrá el luxemburgués para probarlo).

Pero los que siempre se quedan en las puertas, Menchov, Evans, Basso, también estarán ahí esperando que fallen los demás. Otro que va a estar ahí, cada tarde frente a la tele voy a ser yo, que ya me estoy frotando las manos.

Para el síndrome de abstinencia que seguirá a la final del mundial, el médico me recetó la segunda semana en los Alpes y la tercera y definitiva en los Pirineos (con dos ingestas de Tourmalet).

Señales.

El martes fui, por motivos laborales, a Zaragoza. Pasé por la basílica del pilar, mientras la gente se arrodillaba y hacía cola para besar la columna de jaspe, yo pensaba: "que gane Uruguay el viernes, que gane Uruguay el viernes". No me animé a pedirlo, me pareció fútil, sacrílego casi. Pero al dar la vuelta vi la bandera uruguaya colgando de la pared.

Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm

Hoy de mañana, en el desayuno me trajeron una coca-cola zero con la bandera de Uruguay.

Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm

(Igual no creo que ganemos)

jueves, 1 de julio de 2010

La diosa de las derrotas.


Varias personas en varias oficinas espaciosas con vistas a varias ciudades poderosas del mundo deben estar martillándose, o cercenándose, varias partes de sus cuerpos cercanas a la entrepierna: el comercial que Nike hizo para este mundial es el más sonoro compendio de fracasos que yo recuerde. Drogba, Cannavaro, Rooney, Ribery, Ronaldo: todos afuera; todos dando pobrísimas demostraciones de fútbol y alguno de ellos, el portugués sobre todo, también de caracter. Y justamente en un anuncio que habla de eso: del fracaso. Cabría preguntarse cuál ha sido el error de esta marca que ha tendido, en general, a los éxitos. Una respuesta sencilla podría ser que fallaron a la hora de elegir a sus estrellas, sin embargo, me parece que hay algo que va más allá de la fortuna o el acierto al escoger un protagonista; algo que tiene que ver con la ética.

Yo, que soy un admirador de la publicidad de Nike desde los ochentas, creo humildemente que se equivocan en su relación con el fútbol. Este anuncio no es más que el último ejemplo, tal vez el más claro, de una estrategia que tiene años y que vuelve muy difícil lidiar con los fracasos individuales porque exalta demasiado individualmente los triunfos grupales (de hecho, este comercial es perfecto como muestra, parece que hubiesen estado pidiendo que sucediera lo que sucedió). Pero, para mí, lo peor del caso es que tantos años de insistir en la heroicidad personal, han hecho mucho daño a la concepción de este deporte (el más importante del mundo), con cambios lamentables en la manera en la que es percibido, sobre todo por la gente que no lo entiende demasiado bien. Desde ya, Nike no es la única responsable de este cambio, pero tal vez sí sea una de las más importantes.

Como todo el mundo sabe, Niké es la diosa griega de la victoria, y fue en eso, precisamente, que Phil Knight basó su empresa desde el nombre: victoria. Esto resulta lógico para una compañía que vende ropa deportiva, sería cuando menos curioso que la basara en los fracasos (aunque me gustaría ver una marca que lo hiciera, pienso que no le iría nada mal); pero el problema es que hay distintas maneras de triunfar y la que publicita Nike es deudora de la sociedad de la que proviene: el american way of life, el individualismo extremo, cada uno por su cuenta y a luchar todos contra todos. Una mística que es muy seductora, desde luego, y que tiene numerosos ejemplos de grandes gestas en diferentes disciplinas, desde Babe Ruth hasta Michael Phelps, pasando por Lance Armstrong o Pete Sampras, pero que, según creo yo, no es la adecuada para el fútbol.

En el fútbol no siempre triunfa el equipo que tiene mejores individualidades, sumar estrellas no significa necesariamente ganar, pregúntenle a Florentino Pérez (y cuidado el sábado, Maradona). En el fútbol, normalmente, gana el equipo que juega mejor como equipo. Y atención señoritas que siguen los mundiales como si fueran revistas para adolescentes: jugar mejor no significa hacer siete goles por partido, ni saltar muchas veces sobre un balón estacionado en el campo como si se tratase de una danza ritual para hacer llover: jugar mejor significa un complejo sistema táctico de equilibrios que no siempre van a favor, hay que decirlo, del espectáculo en términos mediáticos. A veces un gran jugador es el que menos toca el balón durante el partido. A veces un gran jugador corre mucho pero no se ve tanto. A veces un gran jugador, debo decirlo con horror, es FEO. Y, "last but not least", como en cualquier juego, el ganador siempre será el equipo que jugó mejor (salvo errores arbitrales, por supuesto): por más que nos enamore el juego del Barça de Guardiola, el Inter de Mourinho es el campeón de Europa y por lo tanto es el que jugó mejor esa copa. Y punto pelota.

La primera vez que vi el anuncio en cuestión, lo que más me impresionó fue que, a pesar de lo que se narra, NO EMOCIONA; por el contrario, transmite una frialdad distante. Esto tiene que ver con la estética de video juego con la que está realizado y me parece que no es algo casual. Los jugadores vienen a la pantalla como se mueven sus avatares de Playstation, de un modo mecánico. Es como si el espectador, detrás de la consola, fuera quien comanda. Eres tú, en tu casa, en tu sillón, cómodamente instalado, el que sueña con ganar, el que "escribe el futuro" (algo parecido sucedía con el comercial de Guy Richie en cámara subjetiva, del año 2008, para la misma marca). El futuro es un individuo solo que sueña con una victoria solitaria conseguida por él mismo para él mismo y para que se erijan monumentos en su honor. Para Nike, ya no son los jugadores que van a ofrecer las victorias a los pueblos que representan, son los pueblos representados que homenajean a esos pocos elegidos que han triunfado. No es un cambio menor.

De hecho, y para no dejar rezagada a la diosa Niké, viendo la parte más despreciable del comercial, ese final en el que se descubre la estatua de Cristiano Ronaldo, recordé un pasaje en el que Arnold Hauser comenta, en el tomo I de su monumental "Historia social de la literatura y del arte", el arte publicitario de las olimpíadas de la época arcaica griega. Dice Hauser: "La primera lista de vencedores se remonta al año 776 a. de C.; la primera estatua de vencedor fue erigida, según Pausanias, en el año 536 a. de C. ¿Acaso las estatuas de vencedores fueron creadas para despertar la emulación de una generación más débil, menos ambiciosa, más mezquina? Las estatuas de los atletas no buscaban el parecido; eran retratos ideales, que únicamente parecen haber servido para mantener el recuerdo de la victoria y hacer la propaganda de los juegos. El artista ni siquiera ha visto al vencedor una sola vez..." Extraigan sus propias conclusiones.

A mí no me gustan los jugadores de fútbol que aparecen en programas del corazón rodeados de señoritas bonitas (entre otras cosas porque no me gusta ese tipo de programas) o que son condecorados por una reina; a las historias que transmiten los homenajes de la tele prefiero las gestas que se cuentan las personas entre ellas por la calle, en los bares, en las oficinas; esas que crecen con cada nuevo narrador, esas en las que los héroes van agigantándose con el paso de los años. Si tuviera que escribir el futuro de este hermoso deporte, es así como lo haría. ¿Todavía podemos? O ya sólo lo escribirá cada uno en su Playstation.

Ahora me acuerdo de la publicidad de Adidas para el mundial de Alemania 2006, eso está un poco mejor...