lunes, 19 de julio de 2010

Ingreso en el año 38 de mi vida.

Mientras comía caracoles de mar, mejillones, berberechos, merluza, sepia, langostinos, langosta y almejas al borde del mar mediterráneo, con unas olas débiles rompiendo a quince metros, en un lugar cercano a Tarragona llamado Altafulla - Tamarit, pensaba: ¿quién me iba a decir a mí que pasaría mi cumpleaños en un lugar así?

Hace dos años estaba en el salón Tenampa de la plaza Garibaldi en México, con una máscara gigante de Doctor Wagner en la cabeza y unos mariachis cantándome las mañanitas.

Son raras las vueltas que da la vida, por suerte.

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