jueves, 30 de septiembre de 2010

Me gustaría vivir en la época de Draper.

Es más fácil creer en Zeus que en un ciclista limpio.

¡Quiero creer, quiero creer, quiero creer!

Así de inocente soy yo, que veo a las estrellas, en mi televisión recogida de la calle, subir las cumbres nevadas de la gloria. Así de grandes son las ganas que tengo de que existan héroes míticos...

Y si no es posible tal cosa, porque al fin de cuentas, somos todos humanos, demasiado humanos, por lo menos, que se sepan las condiciones en las que los súperhombres practican el deporte en el olimpo de las marcas caras y la publicidad. Tan lejos de nosotros, tan lejos.

Tan lejos...

La duda de siempre, si todos, todos, todos (¡por el amor de Zeus!), llevan tantos curiosos productos en la sangre (¿¿¡¡clembuterol!!??, ¿¿¡¡contaminación alimenticia??!!), ¿por qué no los dejan matarse alegremente? ¿Por qué se sanciona a unos y se indulta a otros?
¿Para qué mentir tanto?

Porque lo que más molesta de todo esto, no es que estas pobres personas sean llevadas a ingerir todo tipo de sustancias desde la juventud para conseguir unos euros más o menos, una foto más grande o más pequeña, un trofeo bañado en oro o en plata: lo enojoso es que siempre sea la misma organización mafiosa detrás de la mentira, jugando con nosotros, los que la alimentamos desde aquí.

Pero ¿qué se puede hacer?

Atención, más noticias para este boletín: No sólo Contador en el Tour, también Mosquera en la vuleta.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Para escuchar el post anterior.

En la versión orquestal es recomendable el trabajo que, de manera impecable, como de costumbre, realiza Jordi Savall con Le conert des Nations.



En la transcripción para pianoforte, mi preferido, la grabación de Ronald Brautigam.



En la versión para cuarteto, el Amadeus Quartet.

Dice Haydn. Dicen los evangelios.

"En aquella época era habitual celebrar un oratorio en la iglesia principal de Cádiz durante la Cuaresma, y su efecto se realzaba con las siguientes preparaciones: Los muros, ventanas y columnas de la iglesia se cubrían de tela negra, y sólo una única lámpara iluminaba la sagrada oscuridad. A mediodía se cerraban las puertas y la música comenzaba. Tras una introducción adecuada, el obispo subía al púlpito, pronunciaba las Siete Palabras y desarrollaba una homilía sobre ellas. Una vez finalizada, descendía del púlpito y se arrodillaba delante del altar. En este intervalo de tiempo sonaba música. El obispo subía y bajaba del púlpito después de cada palabra, y cada vez que sucedía esto, la orquesta intervenía al final de su alocución. Mi composición tenía que adaptarse a esos preparativos. La tarea de escribir siete adagios, uno tras otro, con una duración de unos diez minutos cada uno y que no cansaran a los oyentes, no era fácil." A propósito de esa composición de belleza superlativa que es "Las siete palabras de nuestro salvador en la cruz".

(Lucas 23:34) Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y partiendo sus vestidos, echaron suertes.

(Lucas 23:43) Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso.

(Juan 19:25-27)“Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.”

(Mateo 27:46) Hacia las tres de la tarde, Jesús exclamó en alta voz: "Elí, Elí, lemá sabactani", que significa: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"(Marcos 15:34) Y a esa hora, Jesús exclamó en alta voz: "Eloi, Eloi, lamá sabactani", que significa: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"

(Juan 19:28) Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed.

(Juan 19:30) Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.

(Lucas 23:46) Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, espiró.


Pregunta: ¿Es el dolor la mejor causa del arte?
(causa como empresa y como inspiración)

domingo, 19 de septiembre de 2010

Este año supo mejor el cava que el champagne.


Siguiendo las alternativas de la Vuleta a España 2010, uno se pregunta si no debiéramos esperar con menos fervor esa cita tan pop que ocupa al mes de julio, y centrar nuestras expectativas de rock'n'roll en grandes vueltas más en mayo y septiembre. La alta concentración de estrellas (y presiones) en el Tour de France provoca al final un inmovilismo que lo reduce todo a unos pocos minutos en una rampa pronunciada (el año pasado fue el Ventoux, este año el Tourmalet) en los que, al final, los marcajes son tan efectivos que termina no pasando nada. Mientras que en las otras dos...

El Giro de este año fue espectacular: Evans, Vinokúrov, Nibali, Basso, todos Maglia Rosa, todos en esa lucha incierta por quedarse con la victoria y hasta ese último protagonista inesperado y testarudo, David Arroyo, que nos sedujo a todos con su entrega en esa etapa con final en Aprica donde le arrebataron el liderazgo. Pero si el Giro fue rock’n’roll la vuelta fue power trio, con emociones intensas para todos los gustos.

Para resumirlo en un solo dato: la Malla Roja, que se estrenaba este año, cambió de portador ocho veces durante la competencia. Y, como el Giro tuvo a su héroe consentido en Arroyo, la Vuelta contó con el esfuerzo contagioso del gallego Ezequiel Mosquera que por fin ganó una etapa con su memorable ataque en la Bola del Mundo (ascenso que vi de pie y, por momentos, saltando), el día que será recordado por su esfuerzo y por el aplomo de un joven italiano que confirmó que está llamado a ser (si el doping o el antidoping lo permiten) uno de los grandes nombres de los próximos años, el ganador: Vincenzo Nibali.

Y en ese sentido también, al no tener tanta presión y dinero encima (aunque por supuesto que también lo tienen), el Giro y la Vuelta son el lugar donde se pueden aprobar las notas de las futuras estrellas. Nibali, siciliano de 25 años, es el primer italiano del Sur en ganar una gran vuelta, y viendo los eternos fracasos de su capitano, Ivan Basso, en el Tour, es probable que el Liquigas le asigne a él esa responsabilidad el año que viene, para probar algo diferente contra Schleck y Contador. Peter Velits, que completó el podio de este año con una excelente crono y demostrando que es capaz de sufrir en la montaña, es otro nombre que vamos a escuchar mucho. Kreuziger probó, como gregario de lujo de Nibali, lo decisivo que puede ser en la alta montaña y el año que viene, ya en el Astana, dará que hablar seguramente en el Tour.

Más allá de todo esto, siempre hay que agradecer la entrega y alegría de un ciclista como Joaquim Rodríguez, cuya lamentable crono opacó una vuelta brillante que le ha asegurado el primer lugar en el ranking de la UCI de este año. Y luego la notable vuelta que nos regaló el Euskaltel Euskadi, con el trabajo que venía realizando Igor Antón, líder de la general hasta el momento de su caída en Peña Cabarga (etapa con épica victoria de Joaquim Rodríguez), y con la emotiva victoria de Mikel Nieve en Cotobello.

En fin, que el Tour es el Tour y todos lo estamos esperando, pero tal vez habría que repartir pesos, de esfuerzos, estrellas y medios de comunicación, para que las emociones estuvieran también, más repartidas, porque como están las cosas ahora, el Tour de Francia las tiene en cuenta gotas. Y hablando de contar, Contador anunció su intención de correr la próxima Vuelta con su nuevo equipo, el Saxo Bank. Ojalá lo haga, eso sí, con un poco más de seriedad de lo que lo hicieron Menchov o los Shleck este año, que vinieron a rellenar el cartel y tomarse unas copas.

Y hablando de copas, para los amantes de la épica, este año, los brindis con cava tuvieron mejor sabor que los de champagne.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Hoy, que es quince de setiembre con todo eso del bicentenario...

...quiero citar al más grande entre los grandes de ese país y decir que los versos:

"quise hallar el olvido
al estilo Jalisco
pero aquellos mariachis
y aquel tequila
me hicieron llorar"

son de lo mejor que han escrito los hombres.

Salud José Alfredo, se erizará la piel cada vez que te cante (sobre todo cuando haya la bendición del tequila de por medio), "qué lindo es lo bonito, verdad de Dios que sí".