viernes, 1 de julio de 2011

Mañana empieza.

Este año el Tour tiene un gran problema, es el mismo que tuvo el Giro pero agravado: uno de los principales candidatos a ganarlo podría perderlo a la semana siguiente de que termine. Ese inconveniente, precisamente, es el que ayer provocó los abucheos a Alberto Contador, de parte de los 7.000 asistentes a la presentación oficial. Y es el que hará que, sobre todo en las etapas de montaña (que no son pocas), también se deje sentir un "rumor" de descontento.

Pero es que si no fuera así, este Tour tendría otro problema, tal vez más grave (otra vez el mismo que tuvo el Giro), y es que el ganador, es decir Andy Schleck, se lo llevaría con unas diferencias aburridísimas que harían que las últimas y esperadas etapas alpinas fueran un fiasco. El recorrido (con cuatro finales de alta montaña, nada menos que Luz-Ardiden, Plateau de Beille, Alpe d'Huez y Galibier, y una sola crono individual de 42 km) parece pensado para un ciclista como él. Y eso, a la gente, a la televisión, a los anunciantes, obviamente, tampoco interesa.

Entre estas dos pulsiones, el pecado y el show, viviremos estas tres semanas con la acostumbrada fiesta veraniega vacacional de los campos franceses. ¿Y qué tendremos? Tendremos al malo de la película, un papel que durante tantos años encarnó aquel legendario actor tejano, interpretado en esta oportunidad por Alberto Contador, quien intentará derrotar al sonriente buen chico de Andy, con su hermano y los buenos muchachos del Leopard (entre los que destaca el "humilde" Espartaco). Para completar el circo, veremos qué puede hacer el cotolengo de Bruyneel, con el joven Brajkovic (no le veo uñas para guitarrero) a la cabeza, secundado por Liepheimer, Kloden, Popovych y Horner (casi nada). Y luego Gesink (bien acompañado), Wiggings, ese eterno candidato que nunca gana llamado Cadel Evans, Van den Broeck, Basso y, según él mismo, Samuel Sánchez, tratando de pelear por un tercer lugar que complete el podio. Luego también conocer el número de victorias que se llevará este año la bestia Cavendish.

A mí me gustaría ver a Philipe Gilbert ganar una etapa, y por qué no, la primera, la de mañana. Es una etapa en la que, dado el buen estado de forma que viene demostrando, podría lucirse con su acostumbrada potencia en una subida que pica para arriba. Por lo tanto, auguro un primer Maillot Jaune para el belga del Omega Pharma Lotto. Ojalá así sea.

La pregunta de oro: ¿Quién ganará? Es difícil saber en qué nivel llegará Contador a la tercera y decisiva semana, después de los pirineos y de la paliza del Giro de este año (paliza que no lleva sólo él, sino además sus principales escuderos, Noval, Hernández, Navarro, Porte, Sorensen). Hasta entonces no creo que Andy arriesgue demasiado, los otros irán a rueda todo lo que aguanten. Veo complicado, por más nivel que se tenga (y eso a Contador, está claro, le sobra), que en el ciclismo actual alguien repita la hazaña de Pantani en el 98. Pero también habrá que ver cuántos "solomillos" de Irún permite la organización del Tour consumir este año a los participantes.

Si me piden un podio, sería este: Schleck, Contador, Wiggins.
Mañana empieza.

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