Para ganar siempre se necesita, en el ciclismo o en cualquier deporte, una dosis de fortuna. Pero lo del tour de este año ya es exagerado. Por ahora, los únicos, de los candidatos a podio, que no han sufrido ninguna caída más o menos grave, son Evans y Schleck (Contador ya lleva tres). El viernes quedaron afuera Wiggins y Horner; ayer dijeron adiós Van den Broeck (clavícula), Zabriske (muñeca) y Vinokurov (fractura de fémur, una lesión de la que se puede deducir la velocidad a la que irían, y que tal vez pudiera ser el adiós definitivo para el kasajo). Gesink, Leipheimer y Klöden vienen bastante tocados.
La caída de ayer, además, tuvo una consecuencia adicional, el parón del pelotón permitió que los escapados llegaran a meta con unos cinco minutos de ventaja. Y eso le dio al pequeño y siempre activo Thomas Voeckler, para regocijo de todos los franceses, el maillot jaune. Un honor que había llevado con gallardía durante 9 días allá por el 2004, año en el que todos nos dejamos seducir por su combatividad, una característica que ha seguido manteniendo a lo largo de su carrera y que lo hace brillar también en esta que era, incluso antes de que empezara el tour, su mejor temporada con ocho victorias. Si la suerte lo ayuda mantendrá el liderazgo hasta el jueves en Luz-ardiden, quizás más, depende de cuanto quieran Contador, Evans o Schleck, arrebatárselo.
Lo cierto es que la selección del podio la han ido haciendo los accidentes más que los kilómetros de ruta y ahora, para París, la cosa está bastante definida con esos tres nombres antes mencionados, en el orden que sea. Y hablando de selecciones, en la fuga de ayer, fuga rara en la que iban cuatro experimentados ganadores de etapa de Tour (Flecha, Casar, Voeckler y Luis León Sánchez), la selección la hizo un auto de la televisión francesa que chocó contra Flecha por esquivar un árbol mientras intentaba adelantar a los ciclistas nadie se explica bien por qué. Fue un golpe que pudo terminar con todos en el piso, Voeckler fue tocado pero logró mantener la estabilidad, por suerte. También por suerte, tanto Flecha como Hoogerland pudieron seguir, aunque llegaron con retrazo y heridas leves, para muestra la foto de la pierna del corredor holandés (quien recibió la friolera de 33 puntos de sutura después de volar contra un alambre de púas).
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