martes, 12 de julio de 2011

En el día de descanso, un disco para relajarse: Lee Konitz.

Durante bastante tiempo el disco "Alone Together" (Lee Konitz, Brad Mehldau, Charlie Haden, 1997) fue mi disco de todas las noches. Recuerdo que lo ponía en verano, con las ventanas abiertas, recién instalado en mi apartamento de la ciudad vieja de Montevideo y, como el sonido de Lee Konitz es tan vivo, las vecinas de abajo pensaban que yo tocaba el saxo. ¡Qué más quisiera yo! Tocar el saxo como Lee Konitz, con ese sonido un poco sucio, grueso, arenoso, que es uno de los mejores y más personales de la historia. Eso ocurrió en el siglo pasado.

En este siglo, yo ignoraba que ese disco tuviese una secuela. Pero la tiene y es esta: Another shade of blue. Grabado en vivo en el mismo lugar, California Jazz Bakery, aparentemente en la misma sesión de 1996, pero editada un año después, esta nueva colección de standars (más el tema de Konitz que da título al disco), es tan impresionante como su primera parte. Como aquélla, los tres maestros desmenuzan las canciones tomándose su tiempo (algo a contratiempo de nuestro tiempo), "deconstruyen" dirían los teóricos de la literatura y también Ferran Adrià, hasta dejarlas sobre una cama, con los huesos separados y pulidos uno a uno, pero no como lo haría un médico en una autopsia sino como lo haría un asesino enamorado de su víctima, con amor, con pasión, casi cariñosamente.

Y para mejor: tocan una de mis canciones preferidas, el clásico "Everything happens to me" (el solo de Mehldau es hermoso). Además: atenti a la versión de "What's new" teniendo en mente la de Coltrane en el disco Ballads.

Ideal para la reflexión en un día gris como hoy.

No hay comentarios: