"Que la vida sea un diálogo es mentira, lo mismo que lo es que la vida sea realidad. Aunque no sea fantástica, es una desgracia en calidad de infamia, un período de horror que, más corto o más largo, se compone de producción de disgustos y melancolía... nada más que de miles de millones de causas de muerte, efectos de muerte... Tenemos que habérnoslas aquí con una monstruosa intolerancia para la creación, que nos deprime y nos amarga cada vez más y finalmente nos mata.
Creemos haber vivido y, en realidad, hemos muerto lentamente. Creemos que todo ha sido una lección, y sin embargo no fue más que una extravagancia. Miramos y reflexionamos y tenemos que contemplar cómo todo lo que miramos y lo que reflexionamos se retira, cómo el mundo, que nos propusimos dominar o, por lo menos, cambiar, se nos retira, cómo el pasado y el futuro se nos retiran, cómo nos retiramos de nosotros, y cómo , con el tiempo, todo nos resulta imposible. Existimos todos en un ambiente de catástrofe. Nuestra disposición es una disposición que tiende a la anarquía. Todo lo que hay en nosotros está continuamente bajo sospecha. Donde está la debilidad mental, donde no está, está la insoportabilidad. En el fondo, el mundo, desde dondequiera que lo miremos, se compone de insoportabilidad. El mundo nos resulta cada vez más insoportable. El que soportemos lo insoportable es la capacidad para el tormento y el dolor, durante toda la vida, de cada uno, hay en ello algunos elementos irónicos, idiotismo irracional, y todo lo demás es calumnia."
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