lunes, 23 de junio de 2008

El Espectro de la Rosa

esto es un estreno para la internet: el poema de julio cabrales del que les hablaba hace un tiempo. me prestaron "Poesía nueva de Nicaragua", una selección de poesía nicaragüense de ernesto cardenal, publicada por carlos lohlé en 1974. como no existía este fabuloso poema en la red y como no es fácil conseguir este libro, me tome el trabajo de tipearlo y ahora me tomo el atrevimiento de ponerlo aquí. espero que a alguien le sirva alguna vez.


El espectro de la rosa

De Julio Cabrales

Fue en Madrid, en la Calle Altamirano
donde compré por una peseta
un sucio librito de bolsillo
que trataba sobre la vida de Nijinsky.
Vatzlav Nijinsky no tuvo estrella
pero nuestra imaginación hace sonar
las campanas del Kremlin
y cabecear las palomas de la plaza de San Marcos
en Venecia y hacerlas espantar en desordenado vuelo.
Es decir, todo hombre tiene su estrella
tal vez la de David o la de Cristo o la del Horóscopo.
Vatzlav desde pequeño bailó
-el retrato vivo de la época azul y rosa de Picasso-
bailaba junto con su madre
por dinero
ya Quevedo lo dijo,
ya nuestros indios lo sabían,
Pound en el canto XLV cristianamente
dijo “Bienaventurados los pobres de espíritu”,
y así Vatzlav bailaba junto a su madre
por dinero.
A los 16 años entró a la Escuela Imperial de Danza
en San Petersburgo.
era un potrillo alado,
sus muslos se curvaban sobre sus rodillas
como el cuello de los potros en el abrevadero.
EL CHINO le decían por sus ojos rasgados.
Rodeado de espejos que son los que nos descubren
nuestras virtudes y vicios del rostro y del cuerpo
y del ALMA!,
frente ellos bailaba
poniendo el pie de plano
y como catapulta
suspendiendo la frágil cintura de una mujer,
el pie inclinado y frenado el impulso
por los dedos
o como un gimnasta
y de salto en salto como un cervatillo
de la sala de estudio al escenario,
bajo los focos, sobre la música,
por las ovaciones, en el circo.
los prismáticos como cangrejos
de señoras gordas olorosas
ataviadas de collares
y señoritas pálidas y doncellas bellísimas
se preguntaban “¿quién es, quién es?”
frunciendo la nariz o con los ojos luminosos.
Vatzlav hacía palidecer a las primas bailarinas,
es decir, bailaba muy bien,
era el sol.
En el entrechat royal a dix
entrecruzaba diez veces los pies
antes de tocar el suelo.
En las tertulias oía hablar por primera vez
de Monet Renoir Rodin Debussy Mallarmé
y allí estaba Diaghilev que era una fiera,
elegante el hijueputa
haciéndole dar importancia a sus palabras
disimuladamente
y formaba ruedas y a saber que cosas decía,
total que hizo amistad con Nijinsky
y fue su maestro, protector y apoderado;
le fue moldeando el gusto a su gusto:
(No sé hasta donde el hombre por su temperamento escoge)
el olvido de las mujeres,
el olvido de los tragos,
el olvido de la sangre.
Nijinsky era una mina.
Y Vatzlav hacía y ejecutaba
con la fidelidad de un perro.
Iba y venía con él,
después de cada ensayo,
de cada viaje.
La monstruosa influencia del maestro.
El pobre no sabía:
esto es bueno, esto es malo,
estaba aún en el paraíso de la idiotez!
por eso vino Cristo Maestro de Maestros,
(no sé hasta donde lo fue Sócrates)
Vatzlav era en una palabra: ¡PENDEJO!
Y cuando en París se presentó
el 1 de Mayo de 1909:
había llovido esa noche
y las luces del teatro Chatelet
rielaban en las calles nocturnas
y en las vitrinas se miraban
los programas y dibujos de Cocteau.
En París se decía que Serguei
tenía secuestrado a Vatzlav
-el pueblo y el chisme son una misma cosa-
Serguei, es cierto, lo amaba por ambición.
Esa noche se interpretaba El Espectro de la Rosa,
la mejor composición de Fodín
inspirada en un poema de Gautier
(inspiración de inspiraciones etc.).
Je suis le spectre de la rose
que tu portais hier au bal
Soy el espectro de la rosa
que ayer llevaste al baile.
Y no había entonces más amor
que para su danza
y de un salto cruzaba el escenario
desapareciendo como un fantasma.
Y Cocteau hurgaba el camerino de Vatzlav
y éste le decía:
Je ne suis pas un sauter
Je suis un artiste
Yo no soy un acróbata
Soy un artista.
Pero era un esclavo,
es un oficio duro,
ya Cardenal lo decía
en su poema a Marilyn Monroe:
tras el telón hay más tragedia
que la que se representa.
Mientras unos van al bar,
mientras otros fuman y se cuentan chistes,
mientras aquellos van a la mar un fin de semana
y esos a cazar y otros a pescar
al cine al lupanar al NIGHT CLUB
o de mañanita un domingo a misa,
mientras unos están enamorados
y otros enamorados de sí mismos,
mientras el río,
mientras el mar,
mientras los astros,
mientras los automóviles!,
mientras la vida,
Vatzlav estaba allí, esclavo,
¡coño! Diaghilev allí
sin hacer nada por el pobre muchacho.
Las aves construyen sus nidos.
Los castores su presas.
Las hormigas sus hoyos.
Maeterlinck! Thoreau! Walt Disney!
Más trarde Nijinsky fue a Suramérica
y esto le dolió a Diaghilev
y más le dolió cuando se casó
con Rómola
(una compañera del ballet)
entonces intervino la economía,
la economía es un mago
saca conejos de los sombreros
pero a la mejor mona se le cae el zapote
y Nijinsky no tenía escenario
pero tenía una mujer,
es decir, para mí una mujer lo es todo
si no pregúntenselo a Coronel.
Y cuando volvió Nijinsky
la argolla de Diaghilev le echó en cara:
“Por ahora vuestra creación será un hijo
El Espectro de la Rosa ha optado por ser padre.
Qué cosa más antipática es un alumbramiento.”
Y Nijinsky:
“Vosotros habíais admirado siempre
la hermosa entrada del Espectro de la Rosa.”
no sabían lo que decían,
no sabían que “el hijo es muerte, ¡Ay!
Es muerte, digo –pasión de la esperanza-“.
Serguei Diaghilev hizo como si lo ignorase
pero por dentro un fuego le consumía.
A Nijinsky la guerra europea lo sorprendió
en Hungría
como siempre la guerra nos sorprende
aunque la esperemos
siempre nos sorprenden los dientes
de la rata peluda de la guerra,
es decir, de la muerte.
Allí permanecío un tiempo
inventando, imaginando
como hacen los artistas,
una y otra forma:
la naturaleza, el viento, pájaros!
Un sistema de notación de la danza
como el de las partituras.
Y amando a Rómola como el primer hombre
y como el último,
compartiendo todo
como su fruto:
KYRA,
una niña.
Y cuando la suerte cambió
porque a veces los golpes de la suerte
son tan fuertes. Qué se yo!
Y fue a Nueva York. Y cuando volvió
a Madrid
en el vestíbulo del hotel Ritz
Diaghilev lo abrazó apasionadamente:
Vatzlav, draga moi kak tui pajivayeski
le dijo.
Más tarde en Saint Moritz
se le acercaron círculos, colores redondos,
cada vez más intensos:
el negro con el amarillo,
el rojo con el blanco.
Palomas blancas cruzaban la noche.
Vientos extraños encendían fuegos en el bosque.
Lo negro danzaba en la sombra.
Lo rojo en la sangre.
Se le acercaron cuadros, colores cuadrados.
Escenas, chispazos, aletargamientos.
El alejamiento de una estrella en la noche.
Decía:
Como cuando se apaga el televisor.
Quiero mostrar a la vez la belleza
y el poder destructor del amor.
Y componía figuras:
Mariposas fantásticas con cabeza de él
dignas de Rorschach y los psicoanalistas,
extrañas arañas que evocaban a Diaghilev
ESE ES SERGUEI señalaba con el dedo
y bajaba al pequeño pueblo
con una gran cruz dorada en el pecho
y detenía
Y preguntaba al que encontraba
si había
celebrado el Santo Sacrificio de la Misa.
Lo mismo que Federico
Nietzsche
estaba celoso de Cristo.
Nijinsky estaba enfermo
y bailaba, seguía
bailando sobre dos pedazos
de terciopelo
que formaban una cruz
y extendía los brazos diciendo:
ahora os bailaré la guerra;
sus sufrimientos, sus distracciones,
sus muertes.
La guerra que no habéis impedido
y de la cual habréis de responder.
Y bailó como nunca,
como un trompo trasladánsdose,
como una garza en un pie girando,
como un torbellino, como un remolino,
como las hélices de un avión
que hace suspender la gravitación de la masa,
como las aspas de un molino
que hace triturar la harina del hambre
o los suenños de Cervantes.
Girando como gira la esfera de la Tierra,
con su corazón, con su sangre recordando
la escena de Petruschka
-la marioneta tratando de escapar a su destino-.
Un día Sergue Diaghilev fue a verle
e impresionado y como en broma le dijo:
pero hombre, Vatzlav, eres un holgazán!
Te necesito, es necesario que bailes
para el ballet ruso, para mí.
No puedo, le dijo, porque estoy LOCO.
Diaghilev le dio la espalda y se echó a llorar:
qué debo hacer. Es culpa mía.
Rómola recordaba sus palabras al ser internado:
Valor femka! No pierdas la esperanza.
Dios existe.
No es el primero ni el último
que lo afirma o lo niega
sin haber visto su Rostro.
Mientras el fantasma de Nijinsky
Ladies & gentleman
Y el fantasma que va a ser de ti
está entre nosotros. Buenas noches!




copio también la nota biográfica.
nació en 1944 y es hijo del poeta Luis Alberto Cabrales, uno de los iniciadores del grupo "Vanguardia". A los 16 años publicó sus primeros poemas en La prensa Literaria y desde entonces ha escrito mucha poesía y ha publicado bastante en revistas nacionales y extranjeras. Tiene algunas de sus producciones publicadas en separatas de revistas pero hasta la vez no ha publicado ningún libro a pesar de la abundancia y calidad de su obra. Vivió un tiempo en españa; ahora estudia Humanidades en Managua.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Exactamente ¿qué es lo que tiene de poético este texto? Como crónica en prosa estaría terrible y dividirlo en reglones no lo mejora, precisamente. No sé cómo los poetas en Nicaragua se rinden pletesía unos a otros y se dan palmaditas en el hombro, diciéndose los grandes poetas mientras producen bodrios infumables.

MARANGO CHANGO dijo...


¿Y ESO ES UN POEMA? PUES A MI NO ME LO PARECE, MÁS BIEN UNA BIOGRAFÍA MEDIA RARA DE NIJINSKY, Y ESO ES TODO. ADEMÁS LA "ENRIQUECE" CON PALABROTAS Y GROSERIAS. QUE POETA MÁS EXTRAÑO.

Unknown dijo...

Muchísimas gracias

Mario dijo...

No existe nada extraño en el arte, el poema por ser diferente no deja de ser honesto.

Anónimo dijo...

No sé si vayas a leer mi comentario, pero muchas gracias por tomarte el tiempo de subir este poema a la red. Buen día.