estábamos ordenando la comida
milanesas napolitanas, entró
un joven y dijo algo discretamente al camarero
después entro una muchacha de su brazo y se sentaron
en la mesa de al lado, la mujer
tenía mala cara, el camarero
trajo una coca-cola
cuando volví a mirar a ella
le costaba respirar, su piel estaba
de un color verdoso
como esos cuadros góticos flamencos
con caras muertas de ferocidad sin encontrar el aire
el joven empezó a pedir por un doctor
el dueño del lugar llamó a una ambulancia
acostaron a la mujer en unas sillas
nosotros comimos, la ambulancia no venía volvieron a llamar
llegaron los médicos y se la llevaron
blanca, verde, blanda
nosotros nos fuimos
sin saber qué le habría pasado a la mujer
o cómo está
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