Ayer, en el famoso "muro de Huy", Philipe Gilbert demostró una vez más, en su tierra, que, de momento, es el ciclista más en forma del mundo al embolsarse otra clásica: la Flecha Valona. En una carrera bastante aburrida, con unos escapados que todo el mundo sabía que no iban a llegar, con un intento de fuga interesante a unos 20 kilómetros para el final en el que se encontraban, entre otros, Kiriyenka, Kolobnev, Van Garderen y Verdugo, pero que no pudo prosperar gracias al trabajo, sobre todo, del Omega Lotto, tiene mérito ganar cuando todos, todos, todos, están esperando lo que va a pasar. Y pasa.
A los pies del muro de Huy, a un kilómetro de meta, Marcatto y Pineau llegaron con unos catorce segundos de ventaja, pero a la hora de la hora, en el momento justo para no morir en el intento, el gran ciclista valón arrancó y terminó con los demás. Trató de seguirlo el siempre combativo Joaquim "purito" Rodríguez pero terminó segundo y sin opción. Completó el podio Samuel Sánchez.
Gilbert es una aplanadora, ganá la segunda clásica de las ardenas y agranda sus enteros para la más importante de todas, la decana, la que más ilusión le hace, la Lieja-Bastón-Lieja. Eso se sabrá el domingo.
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