miércoles, 31 de agosto de 2011
Gana Moncoutie, Wiggins de rojo.
La de hoy fue una etapa muy parecida a la de La Covatilla. Con dos diferencias:
- el equipo Katusha aprendió la lección de no desperdiciar energías y se cuidó (aunque sin demasiado resultados),
- el equipo que hizo el trabajo fue el, lógicamente, el del lider Froome, quienes inteligentemente dejaron que la fuga prosperara para que a nadie se le ocurriera hacerse con los 20 segundos de bonificación en meta.
Esto permitió que Moncoutie, que venía en una escapada de 19 corredores y se cortó solo a poco de comenzar el último puerto (trataron de seguirlo, sin éxito, Luis León Sánchez, Beniat Intxausti y Mathias Frank), obtuviera su cuarta victoria consecutiva en cuatro años en la Vuelta.
Al final, lo mismo que en La Covatilla, Froome tirando del trencito de los favoritos a un ritmo controlado al que, sin embargo, nadie pudo írsele, para cederle en los últimos kilómetros el relevo al propio Wiggins que logró deshacerse de Fuglsang para convertirse en el octavo líder diferente que tiene esta vuelta (Purito intentó un ataque de poca entidad en los últimos kilómetros y descontó 7 segundos). Me parece que habrá más cambios (veo muy difícil que Wiggins aguante en el angliru a Nibali). Veremos el fin de semana.
A partir de ahora, está claro que el equipo que quiera bonificaciones (léase Katusha: Purito dice que se tiene fe y está a casi tres minutos) tendrá que trabajar para hacer fracasar todas las escapadas. Con lo cual el Sky lo tendrá más fácil, por lo menos los días de montaña. A ver si así, logran arropar a su jefe de filas para que llegue a Madrid de rojo. Ganas se ve que tiene, y va en serio.
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