Cualquier periodista, cualquier aficionado, cualquier ciclista está diciendo lo mismo: "sí, contador es el favorito, pero..." Incluso Bruyneel, director técnico del equipo Astana (que tiene a Contador y a Armstrong) lo dijo en conferencia de prensa: "en este momento Contador es el líder del equipo pero...". Hasta el mísmisimo Armstrong se sacó el peso de encima: "el favorito es Contador". Esa diferencia quedó clara en la distribución de los números: Contador obtuvo el 21, primero de su equipo.
Pero claro, todos esperan por la primera etapa, la de mañana: una contrarreloj individual (sólo 15,5 km; la mitad en subida y la mitad en bajada) en la que, es seguro, el tejano intentará sacar diferencias sobre el español para ganarse el lugar de líder de equipo, por lo menos hasta que lleguen las primeras etapas de alta montaña, que en este tour, serán los pirineos en la primera semana, concretamente la etapa del viernes 10 entre Barcelona y Andorra.
Eso sí, mientras todos discuten en el Astana, mientras su fundador Vinokúrov arma revuelo con su retorno, hay otro ciclista que, calladamente, se siente igual de favorito que Contador y con derecho propio: es el que saldrá con el dorsal número uno y el maillot jaune, el ganador del año pasado, otro español, Carlos Sastre.
Independientemente de eso, parece la misma obviedad para todo el mundo: Contador tiene que ganar este tour. Eso sí, cuidado, como siempre, hay mucha gente que lo estará vigilando bien de cerca, incluyendo a su compañero de equipo Lance, a Menchov, a Sastre, o al que va en el lugar de Valverde en el Caisse d'Epargne, el gallego, ya ganador del tour y del que nadie habla, Oscar Pereyro, o tal vez el mismo Luis León Sánchez, también del Caisse d'Epargne (ganador de la París-Niza).
Lo único seguro, seguro, seguro (por el momento), es que "un servidor" estará esperando aquí, en Barcelona, la llegada de la gran caravana el jueves 9, con la alegría incomparable de ver, por primera vez, pasar a todos estos héroes juntos.
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