jueves, 28 de enero de 2010

Avatares de las palabras

Hará unos tres años escribí un poema que contenía los siguientes versos:

"la lengua de lo que no se dijo abalanzándose
sobre las cosas y sus avatares."

El poema se editó en el libro "escritos a la luz de las cosas que no se ven" hace unos siete meses (con el error, mea culpa, de que el verbo "abalanzar" está con uve, tal vez porque la del avatar de las cosas tiraba demasiado fuerte para ese lado).

En aquellos tiempos, tanto los de la escritura como los de la publicación, la palabra avatar estaba de vacaciones. Ahora tiene mucho trabajo, y no le va mal.

El otro día pensaba que hoy ya no podría escribirla, el peso que tendría James Cameron en su significación sería demasiado grande, insoportable, en la estructura de cualquier texto que no quiera hacer referencia a la película. De hecho, si hubiese sabido antes de que saliera el libro que la película más taquillera de la historia tendría ese título, lo habría cambiado.

Es un poema que habla de la muerte reciente de mis abuelos. Refiere, el término "avatar", a la reencarnación. Yo pensaba en la encarnación de los muertos en sus objetos personales y en cómo la gente que se quedó con ganas de decirles algo, a veces le habla a las cosas como si lo hiciera con ellos, en un gesto francamente desesperado de dolor y pérdida.

Supongo que los diseñadores de videojuegos (que fueron quienes originalmente dieron nuevo empleo a la palabra) la tomaron de la religión hindú, para la cual representa la encarnación de los dioses en la tierra. De ahí lo habrá sacado Cameron, aunque no sé porque no he logrado juntar la energía suficiente para enfrentarme al amontonamiento humano que significa ir a ver la película.

Lo cierto es que ahora, los pocos que lean mi humilde poema no dejarán de pensar en esas criaturas azuladas con nariz de boxeador. Pero bueno, a la palabra avatar le toca trabajar, lástima que no sea para mí.

2 comentarios:

qq dijo...

Esa es la versión 'oficial'. Fuentes cercanas al tema me contaron que en realidad hay otros temas más turbios que tienen que ver con el ambiente pesado alrededor de los futbolistas. Es más, a Cabañas lo sacaron del país de urgencia y sorpresivamente porque los médicos que lo trataban estaban siendo amenazados por gente que no quería que el jugador sanara. Por eso la famosa 'declaración' nunca fue ni será. El JJ es sólo un eslabón de la cadena que tiene a la Barbie, los Leyva, el chapo, etc.

Horacio Cavallo dijo...

es un gran poema de un gran libro. tuve el placer de leerlo antes del fenómeno Avatar de Cameron. pero el contexto del libro no creo tire para ese vínculo. estás a salvo. yo creo eso.