
"Viejo o adolescente, criollo o mestizo, general, obrero o licenciado, el mexicano se me aparece como un ser que se encierra y se preserva: máscara el rostro, máscara la sonrisa. Plantado en su arisca soledad, espinoso y cortés a un tiempo, todo le sirve para defenderse: el silencio y la palabra, la cortesía y el desprecio, la ironía y la resignación. Tan celoso de su intimidad como de la ajena, ni siquiera se atreve a rozar con los ojos al vecino: una mirada puede desencadenar la cólera de esas almas cargadas de electricidad. Atraviesa la vida como desollado; todo puede herirle, palabras y sospecha de palabras. Su lenguaje está lleno de reticencias, de figuras y alusiones, de puntos suspensivos; en su silencio hay repliegues, matices, nubarrones, arco iris súbitos, amenazas indescifrables. Aun en la disputa prefiere la expresión velada a la injuria: "al buen entendedor pocas palabras". En suma, entre la realidad y su persona se establece una muralla, no por invisible menos infranqueable, de impasibilidad y lejanía. El mexicano siempre está lejos, lejos del mundo y de los demás. Lejos, también, de sí mismo."

me impresiona mucho esta foto, aparecida ayer en la edición digital del diario El Universal de méxico. se trata de la caída, en la guerra contra el narcotráfico, de un líder del grupo de los zetas. los militares se protegen doblemente: llevan su máscara usual para no ser identificados por el crimen organizado y, sobre ella, la máscara contra la "influenza" (en méxico, también la gripe tiene una máscara verbal llamada influenza). los delincuentes van desprotegidos, no les importa morir, son temerarios, saben que no tienen nada que perder, la muerte siempre los ha estado acechando, los malos no temen el peso de la ley, mucho menos una gripe.

2 comentarios:
Muy bueno, leí lo de Octavio Paz en el avión antes de venir al Df y enseguida se hizo evidente.
Incluso de chiquitos: en el bosque de chapultepec hay muchos puestos que pintan las caras de lo sniños como máscaras pintadas de animales y superheroes.
Además de la idea de ocultar de O Paz hay otra lectura de las máscaras. Bajtin analiza las máscaras de los carnavales del medioevo. En ese texto, el carnaval es pensado como un paréntesis, un momento de des-control, de invertir la realidad de opresión, de suspender las leyes de lo cotidiano. Las máscaras forman parte de ese estado de excepción, la identidad individual queda anulada: cualquier puede estar detras de la máscara, dejar de ser yo y ser todos al mismo tiempo, fundirse en la masa, desaparecen los individuos, es un gran sujeto colectivo.
abraz
code
sí, sí, sí, claro, bajtín y el carnaval. es muy interesante, sobre todo, creo yo, más que desde el punto de vista de perderse en la masa y desaparecer como individuo, que también está presente, en lo de la subversión de los valores. es decir un momento del año, el carnaval, en que la ley imperante, el orden establecido (la del señor feudal, o rey, en el caso de los trabajos de bajtin, la de la constitución y los códigos, en el caso del méxico actual), deja de primar. en ese sentido, pareciera que, en la ciudad de méxico al menos, todo el año es carnaval.
abrazo
a ver cuándo nos visitan
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