martes, 12 de agosto de 2008

made in hollywood



una tarde soleada de julio, un grupo de unos quince ciclistas amateurs (algunos, como yo, más amateurs que ciclistas), principalmente triatletas, íbamos rodando por la rambla hacia el peaje pando. eran los tiempos en que el dios de austin, texas, peleaba por igualar la marca de indurain, hinault, merckx y anquetil. acababa de ganar la contrareloj y se encaminaba a parís con el maillot jaune para su quinto tour. era sábado, la gente paseaba en familia disfrutando el aire frío bajo el sol de invierno. entre nosotros, la conversación era inevitable: hablábamos de armstrong.

rodábamos de a dos y al lado mío iba una chica que estaba indignada. decía que la historia de armstrong parecía hecha en hollywood, escrita por un guionista cursi (lo cual es cierto). el cáncer, la sentencia de muerte, la amputación, la quimioterapia asesina, la recuperación y la gloria. "sólo los yanquis de mierda tienen esas historias" decía. la mayoría de los que integraban ese pelotón estaban en contra del tejano, como si el lugar de nacimiento le quitara méritos a su desempeño deportivo. casualmente, y por desgracia, la chica indignada cayó (tal vez por la misma indignación) aquella tarde, golpeándose feo contra el borde de la vereda, y tuvo que volver a su casa a mitad de camino. así de lejos alcanza el dios de austin.

ayer, mientras miraba la forma en que el cuarteto estadounidense de relevos ganaba la final de los 400 metros libres me acordé de esta anécdota: otra historia hecha en hollywood. si phelps obtiene las ocho medallas de oro, esa remontada final de lezak será vista una y otra vez hasta el cansancio. parece, es, de película. la chica, que era triatleta, debe estar indignada mientras entrena en alguna piscina de montevideo. por suerte para ella, del agua uno no se puede caer.

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