lunes, 30 de mayo de 2011

Irrepetible.

Será difícil volver a ver un jugador como Messi, que no sólo es capaz de hacer cosas increíbles con la pelota de fútbol, sino que además, y esto es lo más raro, las hace en los partidos más importantes y cuando su equipo más lo necesita.

Será difícil volver a ver un control de las posesiones de balón tan perfecto como el de Xavi, un jugador que combina habilidades de varios deportes en uno. Parece un playmaker de baloncesto por como controla el reloj, se diría un quarterback de football americano por como guía el flujo de las jugadas hacia un lado para crear el espacio en otro (se pudo ver hoy en el gol de pedro). Parece un extraterrestre, en realidad.

Será difícil volver a ver un jugador con un dominio tan preciosista y elegante, artístico, del traslado de balón como Iniesta.

Será difícil volver a ver unos delanteros tan comprometidos con el juego que se pongan el traje de trabajo sin importar la cantidad de millones de euros que cuestan ni los títulos que hayan conseguido y sin protestar cada vez que se pierde el balón (ayer, cerca del minuto ochenta de partido Villa recuperó un balón en su propia área después de que este le dio en la mano).

Será difícil volver a ver, en un equipo tan goleador, una defensa tan sólida, de la que no se habla mucho pero cuyos números están ahí para ser admirados (dos viajes al Bernabeu y CERO gol en contra, por ejemplo), comandada por la sobriedad de Piqué, la magia de Abidal, el trabajo incansable de Mascherano o Busquets donde los pongan y el talento de Víctor Valdez para cerrar cualquier opción de ver la red.

Pero será más difícil todavía ver todas esas cosas juntas en un sólo conjunto deportivo y bajo la dirección técnica de un hombre de fútbol, amante del juego y tan talentoso como Guardiola. Por eso, ante cada título que consigue este Barça tenemos que ser conscientes de que estamos presenciando algo de lo que difícilmente podamos volver a ser testigos. Tenemos que ser conscientes de que estamos observando un fenómeno del que podremos hablar en el futuro como histórico, único, extraordinario a quienes no lo hayan conocido.

Si tenemos suerte y ellos quieren, tal vez podamos verlo de nuevo el año que viene, ojalá que sí. Si no, habrá que esperar mucho tiempo o, quizás, simplemente sea irrepetible.

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