El hombre se estaba preparando para correr su primer Tour de Francia. Me imagino la ilusión que eso le haría a un ciclista que ya tenía 32 años. Estaba en Granada, lejos de casa, salía en la mañana con su compañero de habitación (Beñat Intxausti), cuando quedó atrapado entre la puerta del garage y su auto y murió. Había quedado con Alejandro Valverde para entrenar ese día pero nunca llegó.
Tampoco llegará al Tour que empieza en poco más de un mes.
Era un ciclista que me caía muy bien. Parecía un tipo tranquilo, feliz, amante del deporte y buena persona. Su muerte, así, de una manera tan absurda, me ha dejado muy conmovido.
Descanse en paz.
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