Otro día más de disfrute en la etapa reina del Giro y otra vez arriba de una Orbea y con el maillot naranja del Euskadi. 229 kilómetros, más de 6.000 metros de desnivel acumulado, según declaraciones de Contador: "la más dura de su vida". Yo creo que nunca había visto nada igual.
Cerca de siete horas y media arriba de la bicicleta. Escapada de inicio. Ataques de los favoritos, descensos vertiginosos, reagrupamientos... Uf! Parecía que no iba a terminar nunca, sobre todo para Mikel Nieve, que hizo los últimos cien kilómetros solo, persiguiendo a Garzelli primero, acercándosele al bajar la Marmolada para pasarlo cuando recién se iniciaba el último puerto de la jornada. Una subida que, al igual que la del Zoncolán, parecía no tener fin. Lo único para lamentar, aunque no mucho, es que Igor Antón pagó el esfuerzo del sábado y perdió una minutada, quedando fuera del top ten, cuando ya estaba en el podio. Ojalá recupere en la cronoescalada de mañana.
Nieve ya tiene la etapa reina de la Vuelta del año pasado (Cotobello) y la del Giro de este año. Impresonante.
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