viernes, 9 de abril de 2010

No apaguen sus teléfonos móviles, por favor.

Ay, los celulares, los móviles, qué incordio en cualquier espectáculo público o privado. La señora que pide, antes de comenzar y más de una vez, que por favor los desconecten y los que, invariablemente, no hacen caso de la solicitud. Por eso me gustan los conciertos, como el que vi ayer (Maceo Parker en el Palau de la Música) en que los protagonistas se encargan de decir: "Bueno, si quieres, si te molesta, no apagues tu móvil, déjalo encendido y a todo volumen, no te hagas ningún problema. Y si quieres también puedes metértelo en el culo porque igual no lo vas a escuchar. Tampoco vas a escuchar al idiota que tienes al lado y con quien tanto te gusta comentar la música como si fuera un partido de fútbol. Grita, grita todo lo que quieras, imbécil, que por una vez, no podrás ser el centro del espectáculo penoso de tu vida."

¡Ah, cómo disfruto esos conciertos!

Y también, Rodney Skeet Curtis: ¿cómo alguien tan voluminoso e inmóvil puede tener tanto swing?

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