ya no quedan hombres como nosotros
aquellos que nos creían superiores en la cama
sólo porque escribíamos bien no se equivocaban
ellas lo saben
y no era sólo una superioridad verbal era
física, abrumadora, total.
Íbamos y veníamos sobre aquellos cuerpos jóvenes
con movimientos entrenados en las páginas
desesperadamente y todos
los que nos envidiaban detrás de las cortinas de hoteles baratos hacían
bien porque lo nuestro era un arte y ellas eran
EL arte
no hay cómo describirlo pero toda
esa energía entraba y salía de la literatura hacia las ropas interiores
¡ah! ¡cuánta lubricidad sobrenatural la nuestra!
qué fortuna haber nacido tan dotados nosotros
los que escribíamos bien
nos convertimos en una secta del amor
tan prolífica, salvaje, tan perfecta
con una admiración hacia ellas que sólo podía ser fruto de la reciprocidad
y todos los otros, sin bailar, sentados al borde de la pista
lágrimas sin letras
no nos perdonarán nunca nuestra pericia y ellas
que jamás, jamás, jamás, jamás
olvidan
2 comentarios:
Un monje le preguntó a Joshu: "Esta vaca, ¿tiene la naturaleza de Buda?"
Joshu respondió: "¡Mu!"
esclarecedor.
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