La ciudad de Barcelona ha vivido un mes de mayo muy particular: de festejo en festejo. A partir de la victoria 6 a 2 en el Santiago Bernabeu, las alegrías se sucedieron y los Barcelonistas (es decir una mezcla de Catalanes, sudamericanos, indios, chinos, pakistaníes, magrebíes y muchos etcéteras) no pararon de salir a las calles a festejar: primero con el agónico gol de Iniesta contra el chelsea en semifinales de Champions, después con la probable victoria ante el Villarreal en el Camp Nou (festejo anticipado que no se concretó), después la Copa del Rey y finalmente la liga dos veces, cuando el Madrid perdió contra el Villarreal y el sábado pasado. De todos esos festejos, el de hoy, si se diera, sería, todo parece indicar, el más importante. Tal vez porque es el más difícil de conseguir.
Desde hace unas dos semanas, pero particularmente desde el show del sábado por la noche en el Camp Nou, ya no se habla
de otra cosa en la ciudad. El azul grana del Barça junto con el amarillo y rojo de Catalunya tiñen los balcones dándole a las calles, de por sí coloridas, una expresión aún más alegre. En el transporte colectivo, en las oficinas, en los clubes deportivos, en los parques, en las plazas, los comentarios son siempre los mismos: ¿podremos frenar a Ronaldo? ¿quién será el lateral izquierdo? ¿jugarán Henry e Iniesta como titulares? ¿podremos desarrollar nuestro juego? ¿marcará Eto’o? ¿será Messi elegido el mejor jugador del año?…
En la televisión catalana pasa lo mismo. Desde los programas cómicos hasta los de arte hablan de fútbol. Hay, incluso, una serie de humor llamada “Crackovia” en la que se imita a los principales jugadores del equipo y al final cantan una canción que, con el ritmo de “we will rock you” de Queen, repite hasta el hartazgo: “Copa, Lliga i Champions” y se escucha con bastante frecuencia en diversos escenarios. Ayer por la noche, en un programa cultural llamado “Ánima”, un coreógrafo estuvo comentando los pasos de baile de cada uno de los jugadores del equipo.
Es que los de Guardiola han ido haciendo crecer la ilusión de una hazaña que parecía imposible pero que hoy está a sólo 90 minutos de conseguirse. De hecho, se trata de una hazaña que sólo su rival de hoy ha conseguido: la triple corona (“Copa, Lliga i Champions”). Una hazaña que, para incrementar un poco más esas coincidencias que atraen a los medios, fue conseguida aquí, en Barcelona. La ciudad en la que hoy, todo el mundo hace planes para ver el partido: dónde, cómo y con quién. La tensión crece minuto a minuto, es probable que para las 8:45 la ciudad esté paralizada. La pregunta es si a eso de las once estará todo el mundo triste en sus casas o en las calles gritando el clásico: “¡Visca el Barça i Visca Catalunya!”
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