jueves, 17 de marzo de 2011
¡Empezó el año!
La París-Niza y la Tirreno-Adriático son como los cantos los pájaros, anuncian que la primavera esta a la vuelta de la esquina. En sus cantares dicen bien alto: empieza la temporada fuerte de ciclismo. Alegría.
Este año la París-Niza, ganada por Tony Martin (¡el futuro de Alemania!), fue un fiasco que se decidió en una contrareloj en la que el alemán sacó demasiada ventaja para que el fin de semana pudiese pasar algo. Nadie intentó mucho, por otra parte, en un brulote del cual tal vez lo único destacable fue la alegría que siempre demuestra el francés Voeckler, que este año se llevó dos etapas, incluyendo la llegada en Niza.
La Tirreno Adriático, ganada por Cadel Evans, tuvo más emociones. Para muestra un botón: recomiendo ver la llegada a Maceratta del martes en el video aquí adjunto. La defensa de Evans es leonina. Lo atacan de todos lados, le dan con todo, los grandes nombres (Scarponi, Nibali, Cunego) y también los menos conocidos (Madrazo), pero él resiste heroicamente y en solitario (Ballan e Hincapie lo abandonaron temprano). ¡Bien por Evans! Un tipo que es capaz de estas grandes demostraciones y también de las otras, pero que cuando está en forma es un gran luchador.
Viendo esto, y con el solcito que empieza a aparecer tímidamente, dan ganas de comprarse una bicicleta como la gente. Puede que lo haga.
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