trabajé sin saberlo
la estructura más anárquica que hubo
y nunca pensé que iba a llegar tan lejos
éramos todos jefes poniendo los pies
sobre los escritorios y desparramando virus
adheridos en zapatos de reciente brillo
trabajé y trabajé sin pensarlo
doce horas por día y a veces más que eso
haciendo la música que se tocaría
en las galerías del liberalismo, el sonido
del dinero cadensioso
como una catarata de televisión cuando hablamos por teléfono
sin pensarlo
sin ni siquiera entrever la posibilidad de que hubiera un futuro
la estructura más anárquica del mundo
era nuestra y nosotros sin saberlo
levantándonos temprano después
de habernos acostado tarde
como unos dioses jóvenes que no tienen que dormir
para soñar con una nueva sociedad
con sus ganancias y sus pérdidas
ÉRAMOS LOS DIOSES JÓVENES
en la estructura más anárquica que hubo
nuestra ley decía con grafismos lo siguiente:
no se necesitan alas para volar y el cielo
es el límite, somos todos
nuestros propios jefes, venceremos
y tendremos tanto dinero que no habrá nada
que necesitar, afuera
estarán los otros ¡y eso qué!
si están del lado equivocado
nosotros encarnamos el lado correcto
dennos horas y horas y horas y más horas
de trabajo
por las noches pedíamos pizza
hacíamos chistes y no sabiéndolo
éramos felices
como una mujer desnuda en una tienda
de vestidos para ella
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