La dorada
A la pregunta ¿cuánto has amado?
responde como si el lenguaje, mejor aún,
como si el vino se hubiera acabado.
Di que has de ir por más.
Afila luego el cuchillo y eviscera
la dorada que yace exangüe
sobre el batán vil de la cocina.
Y con la misma hoja separa lo tuyo
de lo tuyo. Es tuyo.
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