“Hay un cuadro de Klee que se titula Angelus Novus. Se ve en él un ángel al parecer en el momento de alejarse de algo sobre lo cual clava su mirada. Tiene los ojos desencajados, la boca abierta y las alas tendidas. El ángel de la historia debe tener ese aspecto. Su cara está vuelta hacia el pasado. En lo que para nosotros aparece como una cadena de acontecimientos él ve una catástrofe única, que acumula sin cesar ruina sobre ruina y se las arroja a sus pies. El ángel quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero una tempestad lo arrastra irresistiblemente hacia el futuro, al cual vuelve las espaldas, mientras el cumulo de ruinas sube ante él hacia el cielo. Tal tempestad es lo que llamamos progreso.” dice Walter Benjamin, y es, por cosas como esta, nuestro pensador predilecto.
la ironía quiso que la acuarela de Klee también sufriera los vaivenes de la historia. Benjamin se la compró al autor en Munich, en 1921. la dejó en casa de Scholem por un tiempo y luego se la llevó a Berlín. a Scholem parece haberle gustado mucho la pintura, porque cuando Benjamin pensó en suicidarse, durante su estadía en Ibiza en 1932, iba dejársela al autor de "La Cábala y su simbolismo". recordemos, además, que la parte IX de "sobre el concepto de la historia", citada ut supra, tiene un epígrafe del mencionado autor que corresponde a su poema "saludo al ángelus":
“Mi ala está pronta al vuelo.
Retornar, lo haría con gusto,
Pues, aun fuera yo tiempo vivo,
Mi suerte sería escasa.”
pero el ángel de la historia acompañó a Benjamin a París en su exilio de 1935. lo vio regresar, derrotado, del campo de trabajos forzados; y derrotado lo vio partir hacia los pirineos tratando de escapar del nazismo. el ángel nos hace preguntarnos si hubiera sido otra la historia de haber acompañado a Benjamin en aquel viaje. pero no, se quedó con Georges Bataille en la Biblioteca Nacional de París y, cuando la guerra terminó, voló a estados unidos para acompañar a Adorno, quien lo devolvió a europa a su regreso a Frankfurt.
hoy, desde una pared en el museo de Israel en Jerusalem, el ángel se ha quedado viendo hacia un pequeño pueblo de Catalunya llamado Port Bou y tratando eternamente de regresar a impedir aquella muerte desgraciada.
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