Wynton Kelly tenía 28 años y era una nueva adquisición del conjunto de Miles Davis cuando, en 1959, grabó su tercer disco (segundo para Riverside). Lo escoltan sus compañeros del Miles Club, Jimmy Cobb y Paul Chambers, con quienes se percibe que había hecho muy buenas migas. También lo acompañan diez dedos urbanos y nocturnos, con mucho mucho mucho blues.
Las sesiones de grabación fueron dos y tuvieron lugar el 19 de febrero y el 10 de marzo de 1959. Es bueno recordarlo si pensamos en lo que se estaba cocinando en Nueva York: la primera sesión del "Kind of blue" fue el 2 de marzo. Por lo tanto, este trío de superdotados acababa de grabar "Freddy Freeloader" (es la única canción del disco de Miles en la que toca Kelly, en las otras figura un tal Bill Evans) hacía una semana cuando entraron en sala para terminar con "Kelly Blue". Lo digo por decirlo.
Además del trío de base, Bobby Jaspar, Nat Adderley y Benny Golson se lucen en flauta, trompeta y saxo tenor respectivamente, en "Kelly Blue" y "Keep it moving". Pero se lucen con tranquilidad, sin estridencias, enseñando todo lo que saben sin levantar la voz. Hacen de este un gran disco de jazz; del jazz de todos los tiempos. Un disco en el que uno no puede, ni debe, dejar de mover la cabeza de principio a fin (probablemente eso se deba al gran Paul Chambers y a Jimmy Cobb).
La versión de "Do nothing till you hear from me" es de antología (Chambers está que lo llena todo, clase de walking bass) y la de "On green dolphin street" arranca con algo que me hace acordar a oscar peterson y me hace sonreir, y sigue como si Oscar se hubiese tragado a Monk. Bueno, eso es un poco Kelly.
En resumen, Kelly es uno de los grandes grandes grandes pianistas, mucho swing, mucho mucho swing, en la época del Hard Bop y este disco es extremadamente disfrutable. Tampoco vamos a descubrir nada.
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