domingo, 2 de septiembre de 2007

recuerdo a nancy


su secretaria me llamó para que fuera a hablar con nancy a la oficina de la feria del libro, en la calle edil hugo prato. yo conocía a nancy, por supuesto, la había leído, sabía de la feria del libro, había ido cada año desde niño, había mandado mi libro de poesía al concurso que ella organizaba. llegué, nancy me atendió al mediodía, en un escritorio que tenía al fondo, alejado de la luz. me comunicó que había ganado el concurso aquel, me felicitó, me dijo que mi poesía le gustaba y era la primera vez que un poeta me hablaba bien de mi poesía, me regaló un libro suyo "de sortilegios", de su editorial "siete poetas hispanoamericanos". un año más tarde, nancy editó mi primer libro y me invitó a leer en la feria, en ese espacio amable que es el parque rodó en las noches de verano, durante los tres años siguientes.

nancy era una persona difícil, se enojaba con facilidad. era radical, creía en lo que creía a morir y tenía poca paciencia, me parece. pero también era una persona de las más generosas. amiga, gran amiga, de sus amigos. fui varias veces a la feria y nos quedábamos hablando de poesía, de amigos, del darno a quien quería tanto, de marosa, de música, de tangos, del gordo troilo.

yo estaré eternamente agradecido con nancy bacelo. porque si no fuera por ella nunca me hubiera adentrado en el camino de la poesía, es decir, hubiera seguramente escrito pero sería un poeta inédito, como cualquier otro ser humano. "el cuidado que ponemos diariamente en no morirnos" se llamaba aquel libro y, esta mañana, nancy murió. y como no puedo ir a despedirla porque estoy muy lejos, le dejo unos poemas.
de juan ramón jiménez:

¡crearme, recrearme, vaciarme hasta
que el que se vaya muerto, de mí, un día,
a la tierra, no sea yo; burlar honradamente,
plenamente, con voluntad abierta,
el crimen, y dejarle este pelele negro
de mi cuerpo, por mí!
¡y yo, esconderme
sonriendo, inmortal, en las orillas puras
del río eterno, árbol
-en un poniente inmarcesible-
de la divina y májica imajinación!

de idea vilariño:

epitafio

no abusar de palabras
no prestarle
demasiada atención.
fue simplemente que
la cosa se acabó.
¿yo me acabé?
una fuerza
una pasión honesta y unas ganas
unas vulgares ganas
de seguir.
fue simplemente eso.

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