jueves, 6 de septiembre de 2007

googlear

hay un imbécil que yo conozco que lo primero que hace cuando conoce, o le mencionan, a una persona, es “googlearla”. lo sé porque lo he visto hacerlo. ayer vino a verme fulano de tal, ahí va el imbécil corriendo a su computadora y escribe en la ventanita del google el nombre “fulano de tal”. y lo más interesante de esta imbecilidad es que cree firmemente en lo que encuentra y se considera más inteligente que "fulano de tal" porque "descubre" estos datos. esto último es lo que lo convierte en un imbécil. esto y la altísima probabilidad (aquí estoy conjeturando) de que, para él, una persona con más entradas sea mejor que una con menos entradas.

siguiendo percepciones como las de este imbécil que yo conozco, deberíamos hacer nuestra propia entrada en wikipedia o similar. yo, por lo pronto, si no me diera pereza, tendría que hacer la mía para agradar a los imbéciles como este que yo conozco. “Nicolás Alberte es sin dudas el mejor poeta uruguayo de las últimas décadas” y cosas por el estilo. pero no me interesa en lo más mínimo agradar a este tipo de imbéciles. de todas formas, insto a todo aquel que lea esto a hacerse su propia reseña en wikipedia. aunque admito mi ignorancia sobre los controles que tendrá esta enciclopedia.

me hizo pensar todo esto ese genio catalán que es Félix de Azúa:

“Hay una íntima convicción de los artistas, de la crítica, de los aficionados actuales según la cual lo perdurable e instructivo es el catálogo. A semejanza de las estelas fúnebres, el catálogo atestigua que en tal año y lugar se extinguió (o nació, es intercambiable) una obra de arte destinada por el artista a vivir un solo verano.”

había un profesor que siempre nos decía que la literatura uruguaya era como aquel mapa de la china escala 1/1 del que hablaba borges: todo el mundo estaba representado. y este profesor mío, que no era ningún imbécil, tenía razón. pero el google es mucho peor, cualquier imbécil, por hacer tres avisos publicitarios o cinco poemas o la casa del perro de una casa en solymar, está allí, su nombre aparece, EXISTE. de hecho este imbécil que yo conozco debe tener un sinfín de entradas con su nombre y cada nueva entrada que aparece lo hará sentir más inteligente, aunque de cuenta de sucesos sin ninguna importancia.

sin embargo hay una cosa interesante de esta nueva dinámica; la cultura, el conocimiento, va cediéndole lugar a la inteligencia. cualquiera con acceso a internet puede saber rápidamente cualquier cosa. qué hacer con esta información es lo que cuenta. vayan a explicárselo a nuestro inbécil.

1 comentario:

JB dijo...

me hiciste reír. hay gente bastante pelotuda...beso