pasamos tres días hermosos entre la paloma y la pedrera.
comimos a más no poder, nos tiramos a dormir la siesta al sol en el pasto.
vimos atardecer en el campo como si se incendiaran todos los bosques del mundo...
mentalmente, hice planes imposibles de vivir aquí.
hoy, antes de partir, llevé a laura a conocer la laguna de rocha. el día era inmejorable. cruzamos los médanos camino del océano y cuando llegamos, a pocos metros dentro del agua, una ballena subía y bajaba y lanzaba su chorro de plata en el aire.
lo he interpretado como una señal. no sabría decir bien de qué.
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