Hoy comienza, ¡en Holanda!, la Vuelta a España. Ante la ausencia del mejor corredor de carreras de tres semanas, Alberto Contador, la variedad de candidatos que hay este año, la convierten en la más atractiva de las tres grandes. Uno de esos candidatos es, sin dudas, Alejandro Valverde. Un gran corredor con un palmarés impresionante pero del que todo el mundo dice que no tiene posibilidades en las carreras de largo aliento. Sin haber corrido ni el Giro ni el Tour por problemas relacionados al dopping, llega en una inmejorable condición para echar el resto en este mes de setiembre. ¿Logrará quitarse ese fardo de encima?
En frente, o al costado, tendrá nada menos que a Andy Schleck (no en vano la Vuelta empieza en Holanda) y a Samuel Sánchez (medalla de oro en ruta en Peking y gran candidato si el euskatel lo apoya bien). Por ahí anda también un tal Cadel Evans, que si bien no se ha visto muy bien en lo que va del año, es un ciclista de primer nivel. Pero además, habrá que tener en cuenta los regresos de Vinokúrov y Basso.
Claramente, recién en la contrarreloj de Valencia, al final de la primera semana, podrá saberse realmente quiénes serán los que estarán arriba. Pero será la segunda semana (habitualmente de transición pero este año definitoria, verdaderamente quiebra piernas), la que marque las diferencias. Allí, el menor de los Schleck (que supongo vendrá bastante tocado por el esfuerzo en el Tour) tendrá que buscar el tiempo que compense su mal desempeño en las contrarreloj. Allí, los hombres del Euskatel, siempre tan combativos, intentarán llevar a Sánchez a lo más alto. Allí, se verá si Valverde tiene el endurance que hace falta para vencer en una justa de tres semanas.
Por ahora, lo único que se sabe es que la mesa está servida para un gran espectáculo, mucho más interesante de lo que fue el bostezo del Tour de este año, diseñado para un señor mayor que ni siquiera así fue competitivo.
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