viernes, 22 de octubre de 2010

Un ejercicio.

Tengo la sensación de que no leo lo que leo.
Hago todo demasiado apurado, como la mayoría, creo.
Olvido las cosas, se me resbalan las palabras.
Paso de un texto a otro y se mezclan los significados.
Queda un aroma es cierto, pero debería quedar más.

A partir de ahora y cuando pueda, los textos que lea y me gusten, los reproduciré primero en papel, manuscritos, y después aquí. Un poco siguiendo el ejemplo de Levrero en "El discurso vacío".

Será como una bitácora.
A ver si aprendo algo.

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