sábado, 23 de octubre de 2010

El mensaje del señor Housman

Oh, qué desgracia
la gente nace y se muere,
nosotros también nos moriremos pronto
así que actuemos como si estuviéramos
muertos ya.

El pájaro se posa en el espino
pero también se muere, enseguida.
A algunos tipos los cuelgan, a otros les disparan.
La condición humana es desgraciada.
¡Oh, qué desgracia!, etcétera.

Londres es un sitio muy triste,
Shropshire es mucho más agradable.
Así pues, sonriamos para hacernos un sitio
en la gracia malsana de la amable naturaleza.
¡Oh qué desgracia, qué desgracia! etcétera.


Ezra Pound, traducción Javier Calvo.

viernes, 22 de octubre de 2010

Un ejercicio.

Tengo la sensación de que no leo lo que leo.
Hago todo demasiado apurado, como la mayoría, creo.
Olvido las cosas, se me resbalan las palabras.
Paso de un texto a otro y se mezclan los significados.
Queda un aroma es cierto, pero debería quedar más.

A partir de ahora y cuando pueda, los textos que lea y me gusten, los reproduciré primero en papel, manuscritos, y después aquí. Un poco siguiendo el ejemplo de Levrero en "El discurso vacío".

Será como una bitácora.
A ver si aprendo algo.

Un lugar que se llamaba "El Cilindro".

Me acuerdo de que el padre de una amiga de mis padres había estado preso ahí. Después supe que Onetti pasó, con él y muchos otros, sus últimos días en Montevideo en aquella cárcel improvisada por los militares.

Me acuerdo del frío que hacía cuando ibas a ver los partidos de básquetbol. Se te congelaban los pies.

Me acuerdo de una final que Nacional le ganó a Bohemios en un partido no apto para cardíacos. Yo había bajado a la cancha a festejar y Nacional lo dio vuelta. Yo era un niño y un tipo me pegó una patada en el culo y se burló. Ese día dejé de ser hincha de Nacional en fútbol y me convertí al Club Atlético Progreso (al cual, de todos modos, iba a ver todos los fines de semana). En Nacional creo que jugaba Monterroso y en Bohemios Banet y Pagani. Pero de eso no estoy seguro. No me acuerdo si estaba el Tato López, pero es imposible que yo ligue en mi memoria una derrota a ese nombre. Con el Tato no se podía perder.

Me acuerdo del concierto de Bob Dylan, la entrada me costó un ojo de la cara, el lugar estaba vacío y sonó como sonaba todo en el cilindro. La estrella estaba enojada y no se entendió nada de lo que cantó. Fue todo un desastre. Por suerte, antes de él cantó el Darno, que parecía un niño la mañana de Reyes.

Me acuerdo de que, en el famoso concierto de UB40, entré justo antes de que la policía empezara a repartir palos. Me acuerdo que sudé mucho.

Me acuerdo de ver jugar a Steve Nash con la selección de Canadá. Qué buen recuerdo.

Me acuerdo del partido Uruguay-Brasil por un panamericano (creo) en el que a Víctor Hugo Berardi le dio su famoso infarto. Yo estaba en una de las primeras filas.

Ayer se incendió y se derrumbó el Cilindro.

Qué nombre más raro: "Cilindro". Me encanta: "El cilindro Municipal".

¡Qué pérdida para el nomenclátor!

¡Qué ganancia para la arquitectura!

Pa'l abrojal, con el sabalero.


Es probable que algo así sólo pueda pasar en Uruguay. Ómnibus de Cutcsa, la gente mira tímidamente para otro lado, una señora pregunta si la deja en Mercedes y Paraguay, mientras canta el Sabalero...

"la chamarra es pueblo
pueblo de verdad
nació en el baldío
bajo el abrojal..."

La chamarrita, sencilla, rítmica, alegre, es una de mis formas musicales predilectas y esta es una de sus más logradas composiciones.

Para que fuese perfecto, tendría que haber mangado para el vino (no es un chiste, lo digo en serio).

Al final, seductor consumado ("ni los años te cambian") le queda tiempo para tirarle los galgos a la única persona menor de treinta años que viaja en el ómnibus.

For export del Uruguay.

jueves, 21 de octubre de 2010

Un romántico que se fue. Y chau.


"Volver
Volver a ver tu cielo azul
sentir
tu verde canto de mar, amor
vivir
con renovada alegría
la esperanza que un día fue
tu calor tierra mía y se
se perdió en el adios
Volver
desde los tercios del alma gris
a ti
madre tibia y brutal, dolor
sentir
como rebrota la infancia
de la oscura distancia que
nos quemaba la vida ayer
y hoy es puente de amor...

Volver es robarle al viento
la batallita de la experiencia
la gente no cree en la muerte
quiere la vida, busca belleza
el viento vendrá cantando
lo que ganamos lo que perdimos
la tierra nunca es ausencia
cuando se lleva en el corazón."

Soy lo opuesto al nacionalismo, pero esta canción, "la flota", me hacía llorar cuando la escuchaba en Uruguay, recién salido el disco, hace muchos años; ahora, imaginate. Era un grande el Sabalero.
ES un grande.

miércoles, 6 de octubre de 2010

En la víspera.

Bueno, este año, en mis quinielas del Nobel de literatura, que se anunciará mañana, voy a darle mala suerte a mi estimado E.L. Doctorow (quien sólo por su cuento Vidas de los Poetas se merece algo más que ese premio tan cuantioso como denostado).

Pienso, como el año pasado, que no estaría mal que se lo dieran a su compatriota Roth; aunque es otro compatriota, Cormac McCarthy, quien lidera en las apuestas.

Claro que, como casi todos los años, ganará alguien inesperado, tal vez un africano, pienso yo.

Ya sé, es una tontería, pero como todo.

(Eso sí, me gustaría que no se lo den a ese escritor de plástico llamado Carlos Fuentes)