lunes, 7 de noviembre de 2011

Dice Félix de Azúa.

...Supongamos que la comunicación no coincide en absoluto, que hemos entendido completamente al revés la literatura griega. Aunque Freud leyera Edipo Rey de la manera en que lo hizo, ¿nos permite eso deicr que Freud no entendió una sola palabra? Suponiendo que el Requiem de Mozart nos diera risa, ¿qué sería lo erróneo, Mozart, el Requiem, nosotros? Pero cuando los impresionistas asimilan la estampa japonesa o cuando Picasso utiliza formas sugeridas por las máscaras primitivas, están haciendo algo muy similar a reirse en un Requiem. Y cuando Bach rehace a Vivaldi, lo mismo. Debemos rechazar que la expresión consita en una comunicación de emisor a receptor, no porque no la haya, sino porque aun habiéndola no nos permite enjuiciar con seguridad su conetnido. Con lo que "expresión" sigue carecindo de sentido comprobable, es decir, capaz de hacernos entender.

El aprendizaje de la decepción. pp.70-71

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